El presidente de Camarabilbao, José Ángel Corres, ha señalado que, aunque «el panorama no es tan bueno como 2018, el riesgo de recesión permanece lejano».
Corres ha explicado que el análisis refleja que de nuevo este año «se repite la palabra incertidumbre, que a día de hoy tiene plena vigencia y define también la situación actual», tanto por factores exteriores como domésticos que «afectan de manera importante a la actividad económica general y lógicamente a la vasca».
Entre los factores internacionales, ha citado el auge del proteccionismo, la debilidad de mercados emergentes, las guerras comerciales, el elevado endeudamiento de la economía global, las tensiones geopolíticas, el cambio climático o ascenso de los populismos, que «están desencadenando una crisis de confianza y cierto cambio de tendencia en algunas variables». Además, ha advertido de que se ha empezado a entrar en una fase de madurez de ciclo económico con «escaso margen de maniobra» de las políticas monetarias.
En el ámbito interno, el informe señala la incertidumbre derivada de «las dificultades para conformar mayorías sólidas que permitan construir un gobierno que tome las riendas del Estado», así como la preocupación por un «agotamiento» de estímulos fiscales y los «vientos de cola» de manera que «la desaceleración se intensifique».
En este marco, ha explicado Corres, en la economía vasca y vizcaína «la información más reciente apunta a un debilitamiento de la actividad» y los indicadores de confianza han experimentado «un deterioro gradual» a lo largo del año. En esta línea, el estudio de la Cámara de Bilbao en materia de confianza empresarial apunta a que este indicador «cae hasta valores negativos y se reducen en más de la mitad las opiniones favorables».
En concreto, las previsiones de las empresas de Bizkaia de mejora se sitúan en un 16% para 2019 (frente al 39% del año anterior) y en un 20% para 2020, mientras que las opiniones desfavorables alcanza el 21% para este año (tres puntos más que en 2018) y el 25% para 2020.
El estudio indica que las empresas vizcaínas cerrarán este año con cifras de negocio «positivas» y «muy similares» a las 2018, mientras que para 2020 las previsiones son «de estabilidad». De este modo, un 40% espera incrementar su cifra de negocio en 2020 y un 14% reducirla.
El informe advierte de que la industria es el sector más afectado por la ralentización económica global y, en concreto, un 57% de las industrias vizcaínas incrementa su cifra de negocio este año, seis puntos menos que en 2018, y para 2020 «las previsiones son notablemente más pesimistas», ya que casi la mitad cree que se mantendrá «igual».
La Construcción, pese a los «datos alentadores» de los últimos años, «se desploma» y sólo el 16% de las constructoras encuestas en Bizkaia señala que incrementa su cifra de negocio este año (frente al 53% de 2018) y para 2020 «las perspectivas son todavía más negativas», con un 48% de empresas que cree que la reducirá.
El Comercio presenta «un claro retroceso» de las opiniones positivas de 16 puntos (del 30% el año pasado al 14% en 2019), si bien para 2020 se espera una recuperación debido a la digitalización del sector, con un 31% de empresas que espera mejores resultados.
Por su parte, el Turismo vizcaíno presenta «una gran fortaleza», que se traduce en un aumento del 4% en la entrada de viajeros hasta octubre, con respecto a los diez primeros meses de 2018, y del 3,4% en las pernoctaciones. En esta línea, el aeropuerto de Loiu ha aumentado sus pasajeros un 8,3% entre enero y noviembre y se prevé que 2019 se pueda cerrar rondando 5,9 millones de usuarios.
Las exportaciones del territorio arrojan, en los nueve primeros meses del año, datos negativos debido a la situación del comercio internacional y también a las paradas técnicas efectuadas por Petronor. En concreto, las ventas al exterior se han reducido un 7,3% en términos interanuales. Del mismo modo, el Puerto de Bilbao ha movido un 0,7% menos de toneladas en el periodo enero-octubre.
En términos de empleo, la encuesta refleja «síntomas de agotamiento» en la creación de empleo y señala que un 70% de las empresas prevé mantener su plantilla en 2019 y un 78% en 2020. El porcentaje de compañías que espera aumentarla es del 23% para este año y del 14 para el siguiente. En inversión, se apuesta por «la estabilidad» y un 64% de encuestados dice mantenerla igual en 2019 y un 60% en 2020.
Según el informe de la Cámara, los principales condicionantes para la economía vizcaína el próximo año serán la demanda nacional (que citan un 75,9% de empresas) y los costes laborales (para un 33%), seguidas de los precios de la energía y las materias primas (con un 24,6%).
PREVISIONES
En este marco, la Cámara de Bilbao estima que el PIB de Euskadi crecerá entre el 2 y el 2,1% este año y entre el 1,7 y el 1,8% en 2020, con «un incremento muy similar» para el territorio de Bizkaia que «incluso podría superarlo en una décima dependiendo del comportamiento del mercado exterior en el último trimestre».
En palabras de Corres, estos porcentajes siguen siendo «buenos, aunque menores que los de años precedentes», si bien ha advertido de que el escenario global es «excesivamente cambiante» para «aventurarse» en las predicciones económicas. En todo caso, ha insistido en que «nuestra economía continúa creciendo pero de una forma más moderada», lo que implica también «una moderación» en el empleo.
En esta línea, el informe calcula que Bizkaia podría cerrar este año con 11.000 nuevos afiliados a la Seguridad Social y el próximo ejercicio con 7.600 nuevos cotizantes. La tasa de desempleo vizcaína estimada se sitúa en el 11% el próximo año, mientras que la del conjunto de Euskadi podría ser del 10% «o incluso, si cabe, inferior».
Corres ha esperado que, «cuando se despejen las incertidumbres -si es que van a desaparecer algún día-, y se afiance el nuevo escenario político, la puesta en marcha de medidas anticíclicas puede fomentar la actividad y frenar, al menos, la ralentización experimentada en las últimas fechas».
Según ha indicado, «las cifras apuntan a que, hoy por hoy, y mientras la demanda interna continúe mostrando síntomas de debilidad, la clave del crecimiento de la economía vasca tendrá que basarse obligatoriamente en el buen comportamiento del sector industrial y las exportaciones».
Por ello, ha señalado que el apoyo al sector industrial es «fundamental» y la colaboración público-privada «es primordial» para impulsar el acceso a nuevos mercados y «nuevas oportunidades».
Finalmente, ha defendido que agentes sociales e instituciones ser capaces de promover acciones «más atrevidas e innovadoras» que hagan ser «más productivos para mantener y generar empleo de calidad y conseguir un mayor bienestar para nuestra sociedad».