Cuando el fútbol no entiende de méritos

Un Dinamo San Juan superior a su rival encaja el empate en el 116' y sucumbe en la muerte súbita de una tanda con 18 penaltis
Cuando el fútbol no entiende de méritos

El Dinamo San Juan no estará en el bombo que el lunes sorteará la primera eliminatoria de Copa. Y no ha sido desde luego por falta de méritos, aunque sea ésta una frase que en estos momentos alivie entre poco y nada a los morados. Es verdad que el conjunto santurtziarra ha merecido mejor suerte en suelo riojano, pero la eterna tanda de penaltis (18 lanzamientos) ha determinado finalmente que el CD Autol entre en el citado bombo. In extremis, pero vale igual. De hecho, el propio empate de Fran llegaba en el 116′, equilibrando de este modo el 0-1 anotado por Hierro en el 105′. La fatalidad llevaría al propio jugador vizcaíno a errar su penalty en la muerte súbita. Quien a Hierro mata, a Hierro muere.

Pero en absoluto se trata de cargar la responsabilidad en el jugador, ni muchísimo menos. Por un lado, porque previamente su compañero Gorka había mandado a las nubes su lanzamiento (el cuarto de la tanda). Y por otro, porque el propio Hierro fue quien había dado esperanzas de clasificación a su equipo tras un excepcional remate de cabeza, dando continuidad a la gran falta botada por Rojas. Curiosamente, una jugada casi calcada, con otra falta sacada prácticamente desde el mismo sitio, daría el empate al cuadro local con otro remate con la testa.

La importante (y obviada) diferencia es que, en ese segundo caso, Fran se llevó por delante a un defensor morado antes de batir a Pablo. Sin embargo, el navarro Javier Fernández Santisteban aplicó sin rubor el «sigan, sigan». El VAR, claro, no estaba operativo en esta ronda, de modo que la tecnología no pudo advertirle de su error, con fatales consecuencias para el Dinamo. No sería ésa, en todo caso, la única acción en la que el colegiado se erigiría como negativo protagonista para los intereses del cuadro de la margen izquierda.

Un penalty escamoteado

Y es que también lo fue en un par de acciones en el área del Autol. Sobre todo, un claro penalty cometido sobre Goiko en el 15′.  En este caso decidió igualmente lavarse las manos y continuar con la faena, doblemente así entendida. Se pediría otro en el 27′, que quedaría igualmente en el limbo. Y no fue el último. Aún con todo, el equipo de Raúl Quintana puso más que su oponente sobre el césped y también gozaría de más y mejores ocasiones de gol. Disparo ajustado de Erik desde la izquierda en el 24′, una falta lejana de Rojas que acarició el larguero (35′) o una gran jugada de Pozuelo que acabó en falta al borde del área y que supuso otra buena oportunidad (37′).

Pero, sobre todo, el casi autogol del cuadro anfitrión en el 39′. Rojas realizó una incursión por la derecha, puso el cuero en el interior del área y éste salió repelido por un defensor para acabar estrellándose primero en el larguero y después en el palo. Sabilla lo recogería en sus manos, aún temblando incrédulo después de lo que acababa de ver. También en el área del Dinamo hubo movimientos, si bien menores tanto en número como en calibre. Pablo resolvió una compleja situación en la línea de gol (34′), y sólo dos minutos después un malentendido entre la zaga morada llevó otro susto a la nutrida e incansable parroquia visitante.

Roja a Eneko y una máxima pena

En la reanudación, Erik la tuvo a los cinco minutos y, en el 63′, Eneko vio la roja directa por una arriesgada entrada en la banda. Quintana ajustó piezas y esquema, y cuatro minutos después asistíamos a una ocasión de Pozuelo con una nueva petición de pena máxima. En el 97′, el Autol perdería asimismo un efectivo, al ver Garrido la segunda amarilla. En ese mismo minuto llegaba otra gran falta botada por Rojas, que sin embargo fue respondida por Sabilla. Los goles en los minutos 105′ y 116′ llevaban la eliminatoria al punto de penalty.

Hasta 18 lanzamientos fueron necesarios para desvelar el nombre del vencedor. El Dinamo empezó la serie con el gol de Herrero, quien fue secundado por Rojas, Muñoz y el último de Ekaitz. Gorka había fallado el anterior, algo que también había sucedido con el local Gil en el lanzamiento inmediatamente anterior. La muerte súbita prolongó la agonía hasta el noveno penalty del Dinamo. Hierro tiró con la derecha, encontrando la indeseada oposición de Sabilla. Aún restaba una ventana a la esperanza, pero Pardo se encargó de cerrarla de golpe anotando el penalty decisivo.

Así, será el conjunto riojano el que reciba a un equipo de 1ª División, mientras que al Dinamo San Juan le queda el recuerdo de su paso por esta ronda previa de la Copa, además de saber que fue mejor que su rival. Volvemos a decir que ahora mismo es un triste consuelo, pero significa que el equipo está haciendo muy bien las cosas y que este partido histórico, aún con ese infeliz desenlace, puede tener otros capítulos exitosos en el futuro.

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