La presidenta del PP vasco y secretaria general, Amaya Fernández, ha afirmado que Cs, formación con la que concurrirá en coalición en las elecciones autonómicas del 5 de abril, ha asumido el «respeto a la foralidad» y, por ello, ha advertido de que la «principal amenaza» a ésta la representa «el nacionalismo».
Fernández ha señalado que la coalición PP+Cs de cara al 5 de abril supone un proyecto en positivo que busca «ensanchar su espacio». «Vamos a salir a ganar y conquistar el corazón y la razón de los vascos», ha expresado.
Tras reconocer que el actual representa «un momento muy importante en la vida del PP», ha subrayado que los ‘populares’ tienen que ser «capaces de mirar hacia delante», tras el adiós de Alfonso Alonso y «remar todos juntos en la misma dirección» ante el reto de las elecciones autonómicas.
A su juicio, para ello es imprescindible «fortalecer» el proyecto del PP vasco, un «proyecto constitucionalista de utilidad desde el arraigo».
«Ser constitucionalista en Euskadi es ser profundamente vasco porque es defender los marcos de convivencia que tienen su expresión en la Constitución española, el Estatuto de Gernika y el Concierto Económico», ha añadido.
De este modo, ha defendido que el PP ejerce un «contrapeso a la hoja de ruta que quiere impulsar el nacionalismo», aunque «no es una alternativa contra el nacionalismo, sino al proyecto nacionalista».
«El del PP es un proyecto centrado, moderado y transversal. Debemos hacer un llamamiento a todo el mundo que se siente vasco, español y europeo en Euskadi», ha afirmado.
Asimismo, ha lamentado que los partidos que se «rasgan las vestiduras por las declaraciones de Carlos Iturgaiz» son «los mismos que pactan y llegan a acuerdos con EH Bildu, quien, en pleno siglo XXI, no condena el asesinato selectivo de mujeres, hombres y niños».
COALICIÓN CON CS
Respecto a la coalición con Cs en Euskadi, y los planteamientos pasados de la formación naranja contra el Concierto Económico, Fernández ha considerado que el acuerdo demuestra que «el PP vasco tenía razón».
«Llevamos 30 años defendiendo las particularidades de Euskadi, que tienen su expresión en el Concierto y las diputaciones y Cs ha asumido el respeto a la foralidad», ha afirmado, para añadir que «la principal amenaza» a las particularidades de los vascos la representa «el nacionalismo».
Según ha señalado Fernández, en la ponencia de autogobierno se han alcanzado acuerdos en los que el PNV «pretende que los territorios históricos dejemos de ser los sujetos políticos en los que se residencian nuestros derechos históricos». «Y que se cree un nuevo sujeto político, al que ni siquiera se atreve a poner nombre, y sea el depositario de esos derechos históricos en un proceso de recentralización contrario a la tradición foral… pretenden destruir la foralidad tal y como la hemos conocido los vascos», ha añadido.
Por otro lado, y ante el riesgo de que tras el 5 de abril se «pretenda replicar la hoja de ruta soberanista en Euskadi», ha apostado por el proyecto liderado por Carlos Iturgaiz que representa «una oportunidad». «Vamos a salir a ganar y conquistar el corazón y la razón de los vascos», ha expresado.
ZALDIBAR
Por otro lado, ha advertido de que el proyecto nacionalista ha presumido siempre de ser «garante de buena gestión», pero, a su juicio, «empezamos a ver claras grietas y fracturas», como se ha visto en el vertedero de Zaldibar.
En este contexto, ha indicado que le «ha sorprendido mucho la falta de autocrítica del PNV y del Gobierno vasco, de prepotencia con la que han gestionado lo sufrido. No se puede calificar lo vivido de accidente laboral sino que es fruto de falta de gestión y descontrol».
Asimismo, ha criticado que hayan pasado más de 20 días y el Gobierno de España «tampoco se ha personado en el lugar». «Ningún ministro se ha acercado a Zaldibar. Da la impresión de que hay sitios en que parece que entienden que no hay que hacer acto de presencia», ha expresado.
Por contra, ha defendido la visita de este viernes del presidente del PP, Pablo Casado, a la zona, ya que «el que haya convocatoria electoral no debe ser obstáculo para que los dirigentes políticos estén cerca de la gente».
«La crisis de Zaldibar ha puesto sobre la mesa que el Gobierno vasco no tiene un plan de residuos adaptado a nuestro tejido productivo y a las medidas medioambientales», ha finalizado.
