El director de Ikuspegi-Observatorio Vasco de Inmigración y profesor e investigador de Sociología y trabajo social de la UPV/EHU, Gorka Moreno, ha señalado que la mejoría de las actitudes hacia la inmigración, que ya se apreciaba los últimos años, se «consolidan en este escenario post-crisis». De hecho, ha destacado que los vascos perciben que la inmigración es un «factor positivo para la economía y el mercado laboral».
En ese sentido, ha destacado que el discurso «funcional o utilitario» sobre la inmigración dentro del mercado laboral «toma fuerza».
El último barómetro apunta, además, que se consolida una visión «abierta y comprensiva» hacia las personas refugiadas. «Un 29,8% cree que hay que acogerlas sin ninguna restricción. Si sumamos este porcentaje al de aquellas personas que responden que hay que ofrecer asilo a aquellas personas que demuestran su condición de perseguidas, estamos hablando de un 70,6% de personas que tienen posiciones ostensiblemente abiertas hacia las personas refugiadas (en 2017 el porcentaje era de un 67,9%)», ha asegurado Sainz.
Según el trabajo presentado, los datos confirman que la coyuntura económica influye en las actitudes hacia la inmigración. «De tal forma que una mayor certidumbre ofrece también una mayor confianza general», ha advertido Moreno, para añadir que «la inmigración como problema para Euskadi desciende sensiblemente en el año 2018, pasando de ser un 12,6% en 2017 a un 7,7%».
No obstante, según el estudio, la población vasca presenta también una actitud ambivalente ante la inmigración extranjera en la que conviven los rasgos abiertos y tolerantes, con otros que denotan posturas más reacias.
Así, la sociedad vasca muestra un menor grado de simpatía hacia el colectivo magrebí, así como a otras procedencias como la rumana o la pakistaní, algo que aparece recurrentemente a lo largo de los años. «Unido a ello, la población vasca muestra desconfianza hacia el islam. En todo caso el grado de simpatía ha mejorado en el último año para todos los colectivos», ha aclarado Moreno.
Asimismo, Moreno ha indicado que «los estereotipos más arraigados en la sociedad vasca, al igual que en años anteriores, son aquellos vinculados al mantenimiento del bienestar y al sistema de protección social». Otros estereotipos, «como que la inmigración hace que la inseguridad aumente o que baje la calidad en las escuelas tienen un peso menor», ha manifestado.
El Barómetro 2018 muestra «unos datos más positivos que los del año 2017 y viene a confirmar y consolidar una nueva fase en las actitudes hacia la inmigración, que coincide con la recuperación de los indicadores macroeconómicos y con unas opiniones más optimistas y favorables hacia la inmigración de origen extranjero», ha concluido el director del observatorio.