Mari Mar Magallón, Directora de la Fundación Alboan, recuerda que el impacto de COVID-19 en algunos países será doble. Por una lado, pondrá en peligro a gran parte de la población, como nos ha ocurrido a nosotros, pero luego la prescripción del confinamiento será de hacinamiento , en algunos casos debajo de un plástico, como les puede ocurrir a las familias en los campos de refugiados. Medidas que son imposibles de mantener en países como Chad donde el gran problema es el acceso al agua. o pedir a la gente que se quede en casa cuando una gran mayoría vive de la economía informal y perdería todos sus ingresos, porque en esto países la gente vive literalmente al día.
Desde Alboan han explicado que la iniciativa emprendida en 22 países es «fundamental» para atender a la demanda de organizaciones aliadas como el Servicio Jesuita a Refugiados, la red educativa Fe y Alegría y otras organizaciones sociales, que operan en países «con escasa capacidad de respuesta, y sistemas sanitarios y de bienestar social débiles o inexistentes».
A través de esta acción de emergencia global, se atenderá a población refugiada, desplazada y migrante en contextos de conflicto, países de tránsito y acogida. Junto al Servicio Jesuita a Refugiados (JRS), la acción se centra en la distribución de kits de alimentación para paliar la situación base de desnutrición, que debilita el sistema inmunológico; de kits de higiene como agua, jabón, guantes, y mascarillas; y de bienes no alimenticios como mantas, recipientes para el aseo personal, y tarjetas telefónicas para que puedan comunicarse con sus familiares.
En Colombia, el Servicio Jesuita a Refugiados sigue realizando su acompañamiento jurídico y atención psicosocial. Además, con las medidas de prevención recomendadas, mantiene las entregas de ayuda humanitaria a las familias migrantes. En Tamil Nadu (India), en los centros de formación que existen en los campos de personas refugiadas, las mujeres están confeccionando mascarillas para la protección de la población.
En el ámbito de la educación Alboan ha señalado que, según datos de la UNESCO, el cierre de escuelas está afectando al derecho a la educación de más del 89,5% de la población estudiantil en 188 países. Por ello, junto a Fe y Alegría y otras organizaciones educativas se fomentará la educación online y por radio y la distribución de material escolar.
Además, ante la dificultad de acceso a la compra de alimentos, varias organizaciones aliadas de África, América Latina y la India (Gujerat y Tamil Nadu) están repartiendo alimentos entre la población más vulnerable.
Alboan ha indicado que el cese de las clases tiene como consecuencia que, «además del derecho a la educación, queden suspendidos otros, como, por ejemplo, el derecho a la alimentación». Ante esta situación, ha explicado, la organización aliada Fe y Alegría «se está adaptando rápidamente a la circunstancia para seguir repartiendo alimentos».
En la India se han establecido canales para que las personas más vulnerables puedan tener acceso a ciertas ayudas gubernamentales. Junto con sus organizaciones aliadas, Alboan continúa trabajando para que las mujeres viudas las conozcan y las puedan tramitar. Además apoya el acceso a la alimentación tanto en Gujerat como en Tamil Nadu.
Por otra parte, frente al «fuerte impacto económico de la crisis», Alboan busca identificar acciones y proyectos de generación de ingresos. Organizaciones de la red Comparte como SERJUS en Guatemala, CEAS en Brasil, CIPCA y CCAIJO en Perú, SCVX en El Salvador, Yomol ATel en México, IMCA y Suyusama en Colombia están reforzando el apoyo a los proyectos de seguridad y soberanía alimentaria, que garantizan el derecho a la alimentación de las comunidades, y protegen la biodiversidad local.
Estas organizaciones, ha indicado Alboa, están apostando por «fortalecer la venta y el consumo local de productos, y generando estrategias de relación directa entre productores y consumidores».
Otras de las labores de Alboan es la prevención y sensibilización para minimizar el contagio, a través de distribución de útiles de aseo de primera necesidad (agua, jabón, guantes, y mascarillas», así como de la formación sobre prácticas higiénicas básicas individuales y comunitarias que incluya medidas preventivas (lavado de manos), las principales vías de transmisión del virus y los protocolos de actuación en caso de presentar síntomas.