El presidente de Cebek, Iñaki Garcinuño, ha afirmado que las empresas van a tener que tomar, en ocasiones, «medidas duras» como reducir personal para «poder sobrevivir» como en el caso de Tubacex y ha indicado que cualquier ayuda pública es «bienvenida» porque «salvar empresas es algo crítico en este momento».
Garcinuño ha afirmado que la crisis económica actual no es la de 2018, aunque ha sido un «golpe radical» porque las empresas «dejan de funcionar» durante unos meses, pero cree que, si se cumplen las expectativas, habrá un crecimiento progresivo y lento este año y una recuperación más fuerte en 2021.
El presidente de Cebek ha indicado que habrá un aumento del desempleo y ello significa que las empresas van a tener que tomar, en ocasiones, «medidas duras como reducir su personal para poder sobrevivir». «Es lo que nos va a tocar ver y oír», ha manifestado.
Iñaki Garcinuño ha afirmado que, a nivel de actividad económica, las situación está «parada» y, aunque ha mejorado respecto a mayo, cree que en julio y probablemente en agosto no va a haber un «crecimiento notable» de la actividad. En su opinión, probablemente se va a demorar hasta septiembre la «mejora constante y progresiva», que espera que sirva que los «malos» datos previstos para este año, no lo sean tanto.
Ante la situación de Tubacex, que ha anunciado una reducción de su plantilla del 20%, ha asegurado que la empresa necesita de una actividad constante y ha caído «de forma notable». En este sentido, ha manifestado que las empresas se ven «absolutamente bloqueadas» por la «ruptura» que supone la crisis sanitaria y se ven obligadas a endeudarse, incluso de forma «notable», para «soportar» los meses de inactividad.
En este sentido, ha indicado que hay empresas que están en una situación económica «mejor» porque han sido «más prudentes, conservadoras o por contar con un mercado que les nutre de pedidos», pero los que se han encontrado en una «situación de debilidad, incluso, previa a la entrada del Covid, afrontan la coyuntura con «muchísima incertidumbre y en una situación delicada».
«De ahí que estas grandes empresas, sobre todo, el sector del tubo, que era un sector que ya estaba condicionado por unos números negativos incluso antes de la entrada del Covid, no extrañe demasiado que tengan que recurrir a políticas de ajuste que son dramáticas y dolorosas pero, ante todo, la empresa tiene que seguir subsistiendo para que los que se quedan, tengan empleo», ha añadido.
Por ello, ha indicado que «salvar la empresa es algo crítico» en este momento porque, de la empresa depende el empleo y del empleo el consumo». Por lo tanto, ha afirmado que cualquier ayuda pública para que la empresa se mantenga es «siempre bienvenida y necesaria» y, tras señalar que igual es precisa una segunda tanda de refinanciación, ha advertido de que las empresas «peligran».
Garcinuño, que se ha mostrado favorable a que pueda haber una mínima participación pública en empresas estratégicas, le ha preocupado que se hayan «adelantado» los brote y cree que «mejor pronto que tarde» y que habrá que aprender de lo que está sucediendo.
ACUERDO UE
Por otra parte, ha calificado de «positivo» que se haya alcanzado un acuerdo en la UE porque hay necesidad de establecer proyectos y ayudas que «sostengan las empresas y el empleo». Por tanto, ha asegurado que esa inyección económica «era algo esperado», incluso en cuantías mayores, pero ha indicado que ahora lo importante es «ponerse a trabaja», que se destine «para los fines necesarios y que se haga con efectividad».
Garcinuño ha apuntado, por otra parte, que no está «tan claro» que este acuerdo vaya a conllevar la derogación de la reforma laboral y cree que será «un tira y afloja, incluso político, a nivel del propio Gobierno y de sus intereses entre los partidos que lo conforman»
No obstante, ha apuntado que sí se recomienda no modificarla, y es la «duda» que les genera. En todo caso, ha precisado que España necesita
«reformas de calado», como una política industrial «más nítida» y atender y controlar el gasto público porque «no es comprensible» seguir con déficit tan elevados». Ello, según ha apuntado, a una imagen «negativa del país» y en las negociaciones con los países del norte «nos sacan los colores».