Asier Villalibre fue titular ante el Mallorca, algo poco habitual a lo largo del pasado curso. Su última aparición en un once inicial databa del 10 de mayo, en el duelo de San Mamés frente al Granada. Fue, en todo caso, un año complicado para el «búfalo«, en forma de lesión y recaídas que le impidieron estar a disposición de Marcelino con regularidad.
Esta temporada ha comenzado para el de Gernika con las buenas sensaciones que derivan de un verano en el que ha sumado minutos y ha sido el máximo bacaladero (5). «El año pasado fue complicado, pero hacer una buena pretemporada sube la moral», reconocía Asier en la sala de prensa de Lezama, a la vez que confesaba que se puso «nervioso» cuando comprobó que se encontraba entre los once elegidos por Valverde para arrancar la liga.
Un «nuevo» Villalibre
De cara a esta campaña, y dentro del catálogo de cuestiones a aportar al equipo, sobra decir que el bacalao está en un primer y muy visible lugar. Después, bien podría estar el pegarse con las defensas rivales. A este respecto, quizá el mejor ejemplo sea el que vimos el lunes, con la línea de cinco dispuesta por el «Vasco» Aguirre como muro de contención. Y, como añadido para este nuevo curso, ve que aporta «más movilidad y participación en el juego del equipo, aunque el partido fue complicado por la falta de espacios».
En relación al propio encuentro, «las sensaciones fueron agridulces, sólo permitimos una ocasión al rival pero también es verdad que faltó el gol, aunque también hubo sensaciones muy buenas, tenemos que seguir por este camino». El domingo, nueva reválida, en este caso con el Valencia como inquilino en la Catedral. Y el 20 ya pone a todos sobre aviso: «el Valencia es un equipo físicamente poderoso«. Por último, y preguntado por la posible llegada de Ander Herrera, el delantero rojiblanco se ha limitado a decir que «no es un tema del que debería hablar yo, es algo de la Directiva, que deciden ellos».
