Wout Poels (Bahrain) se ha impuesto en la decimoquinta etapa del Tour de Francia, con final en Saint Gervais. El veterano corredor neerlandés ha logrado así su primera victoria en la ronda gala, una carrera muy importante en su carrera, e la que ha participado hasta en diez ocasiones y donde ejerció como uno de los grandes gregarios del Sky de Froome. Poels ha logrado dejar atrás en la ascensión final a Wout van Aert (Jumbo) y Marc Soler (UAE), todos ellos integrantes de una numerosa fuga (en la que estuvo Landa) que hoy si que ha contado con el beneplácito del pelotón para buscar la victoria de etapa. Por detrás Vingegaard (Jumbo) y Pogacar (UAE) han terminado quedándose solos pero su duelo de pancartazos ha quedado en tablas. El danés sigue liderando la carrea con apenas 10 segundos de ventaja sobre el esloveno.
Estrategias cuestionables
Los dos equipos que están dominando con mano de hierro el Tour de Francia, Jumbo y UAE, han mostrado estrategias un tanto desconcertantes. Ambos tenían en la fuga buenos peones, Van Aert, que nunca queda claro si busca la victoria de etapa o ayudar al líder, y Marc Soler. Buenos corredores que han llegado muy lejos. Jumbo ha trabajado durante gran parte de la etapa, hasta la ascensión final, cuando UAE ha metido una marcha más.
El grupo ha ido perdiendo progresivamente integrantes hasta que se han quedado los dos capos, Yates en modo supergregario y el cada vez menos mortal Carlos Rodríguez. El analuz ha cedido y las cosas se han puesto raras. Primero porque no Jumbo no ha usado a Van Aert, demasiado lejos de la victoria pero que en ningún momento se ha detenido para hacer su cien metros mágicos en favor de Vingegaard. Y, sobre todo, porque UAE ha parado a Soler, y lo ha utilizado para lanzar a… Yates, en busca del podio.
El inglés ha logrado recortar la mitad del tiempo perdido con Rodríguez, es verdad. Pero resulta llamativo que busquen el podio sin tener amarrada la victoria. En una semana sabremos si su confianza está justificada.
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