El balance de víctimas mortales a causa del terremoto de magnitud 7,6 registrado el 1 de enero en el oeste de Japón ha ascendido a 161 y 103 personas continúan desaparecidas, según han confirmado este sábado autoridades locales.
La prefectura de Ishikawa, la más afectada por el seísmo, ha confirmado 70 muertos en la ciudad de Wajima, 70 en la ciudad de Suzu, once personas en la ciudad de Anamizu, cinco personas en la ciudad de Nanao, y dos personas en Noto, dos en Shika y una en Hakui.
Las autoridades locales han publicado un listado con los nombres y edades de más de un centenar de personas que se encuentran desaparecidas, mientras que continúan las labores de búsqueda y rescate una semana después del seísmo, según recoge la cadena de televisión pública NHK.
Como consecuencia del terremoto, además se han registrado más de 560 personas heridas de gravedad. Se ha registrado la destrucción de cientos de edificios solamente en la ciudad de Wajima, donde aproximadamente 10.000 hogares continúan sin suministro de agua y 7.800 sin electricidad.
Por ello, unas 12.000 personas siguen viviendo en centros de evacuación y muchas zonas se encuentran aisladas debido a las carreteras, que están intransitables. A esto se suman las bajas temperaturas y las inclemencias meteorológicas, ya que en los últimos días ha estado nevando.
El gobernador de la prefectura de Ishikawa, Hiroshi Hase, ha visitado este lunes el centro deportivo general, donde se ha inaugurado una instalación de evacuación temporal «para garantizar el entorno de vida de las personas afectadas por el desastre hasta que sus hogares sean restaurados y puedan mudarse a viviendas temporales».
Hiroshi, que ha pedido cooperación de «quienes posean instalaciones de alojamiento», ha explicado que se dará prioridad a las personas que requieran cuidados especiales, como los ancianos, las personas con discapacidad y las mujeres embarazadas, así como a sus familiares, ha indicado a través de su perfil en la red social X, anteriormente conocida como Twitter.
El terremoto tuvo su epicentro a unos 30 kilómetros al noroeste de Wajima y una profundidad de 16 kilómetros. El seísmo desencadenó una inusual alerta de tsunami importante, aunque en la mañana del martes todos los avisos habían sido levantados, y se ha visto replicado por cientos de nuevos temblores.
