El Grupo Municipal Elkarrekin Bilbao presentará en el próximo pleno de enero una posición que plantea la puesta en marcha de un impuesto sobre las estancias turísticas, que tiene como objetivo «compensar los gastos adicionales» que ocasiona el turismo y «redistribuir sus beneficios económicos».
La formación defenderá en la sesión plenaria de este mes de enero una iniciativa encaminada a establecer un impuesto que grave las estancias en establecimientos turísticos en la ciudad, una tasa que tendría un carácter de progresividad en función del nivel o tipología de alojamiento, según ha informado la coalición en un comunicado.
En este sentido, el edil de la formación en Bilbao, Xabier Jiménez, ha asegurado que llevan la iniciativa al próximo pleno ordinario porque consideran que «ha llegado el momento de impulsar desde el Ayuntamiento de Bilbao un impuesto municipal que compense los gastos adicionales que ocasiona el turismo y redistribuya sus beneficios económicos en el resto de barrios de la ciudad».
Mejor balance turístico de la historia
Para el concejal, los datos indican que este verano Bilbao ha cerrado «el mejor balance turístico de su historia», en la medida en que entre junio y septiembre un total de 454.828 turistas visitaron la Villa, un 3,6% más que en el mismo período de 2022, hasta entonces el mejor dato de la serie histórica.
Además, han aumentado las pernoctaciones, que solo entre junio y septiembre se han elevado hasta 916.198, lo que supone un incremento del 6,4% respecto a la cifra registrada en el mismo periodo del año pasado, ha indicado Jiménez.
El concejal ha informado también de que en lo que respecta a las entradas hoteleras, sigue creciendo la cifra de personas procedentes del extranjero, que ha llegado a un total de 40.000 y Bilbao mejora también su capacidad hotelera, con 87 hoteles con 10.123 plazas/día y de apartamentos turísticos, con 25 establecimientos empresariales y 1.433 plazas/día.
Impactos y gastos indirectos
A juicio de Elkarrekin Bilbao, este incremento de la oferta hotelera y de alojamientos y el aumento del número de turistas genera una serie de impactos y gastos indirectos en la ciudad derivados de ese alto número de visitantes, así como la necesidad de poner en marcha una herramienta que sirva para redistribuir los beneficios del turismo también en otros puntos de la ciudad.
Jiménez ha indicado que este tipo de gravamen ya se aplica en muchas otras ciudades del Estado y Europa, y está «resultando ser una herramienta eficaz para reducir el impacto de las estancias turísticas y contribuir a un modelo turístico más sostenible y responsable».
