El joven que recibió una paliza en una lonja de Sodupe (Bizkaia) la madrugada del 24 de julio de 2020 ha declarado que le «querían matar» y que le golpearon en la cabeza «sin parar» hasta que quedó inconsciente.
La Sección Segunda de la Audiencia de Bizkaia ha acogido este martes la primera jornada del juicio contra las cuatro personas, una mujer y tres varones, procesados por el intento de homicidio y hurto en la noche del 23 al 24 de julio de 2020 a un varón al que presuntamente agredieron hasta dejarle inconsciente y después le robaron dinero y su móvil en una lonja de Sodupe.
Para dos de los varones, la Fiscalía y la acusación particular piden diez años de cárcel por un delito de homicido en grado de tentativa y un año y medio por otro de hurto, mientras que para la mujer, madre de uno de los procesados por intento de homicidio, y para el tercer varón, solicitan una pena de año y medio por un delito de hurto por robar a la víctima cuando quedó inconsciente por la agresión.
Les conocía de vista
En su declaración tras un biombo para no tener que ver a los acusados, la víctima ha dicho que conocía a los procesados de vista, de cruzarse con ellos por Sodupe, salvo a la mujer, con quien tuvo relaciones sexuales «en una ocasión».
La víctima ha relatado que el día de los hechos se encontraba en un bar, «pasadísimo y con un fajo de billetes, unos 1.400 euros» que había cogido a su padre, «invitando a la gente», cuando llegaron los cuatro procesados «muy alterados». Uno de los acusados de intento de homicidio sacó «navajas y un machete» porque había tenido «un enfrentamiento» con otra persona que también estaban en el local, pero luego se marcharon.
Según ha declarado, la encausada volvió al bar para pedir perdón a la dueña del bar por el comportamiento de su hijo. Después, la víctima se fue con la acusada a una lonja propiedad del hermano del agredido para «meterse y fumar unos porros», pero no con la finalidad de tener relaciones sexuales, sino para «drogarnos».
«Te vamos a matar»
Al poco, ha explicado, «aporrearon» la puerta de la lonja, que no estaba cerrada con llave, y gritaban «te vamos a matar». Cuando salió de la habitación situada el fondo en la que se encontraba con la mujer, que no salió el cuarto, los dos acusados de intento de homicidio estaban ya dentro y comenzaron a pegarle, uno con la escayola que llevaba en un brazo y el otro «con algún objeto», hasta que cayó al suelo inconsciente.
«Me querían matar, me golpearon en la cabeza sin parar y me intenté defender pero me dieron innumerables golpes hasta que caí al suelo. No sé si recibí alguna patada cuando estaba en el suelo porque me quedé inconsciente», ha contado la víctima, que se despertó en el Hospital de Cruces.
Sobre las lesiones que sufrió, ha afirmado que la agresión le ha «cambiado la vida» y que ha estado «medio muerto». Según ha relatado, estuvo 26 días en coma, le tuvieron que hacer una traqueotomía, le han operado tres veces de la mandíbula, tiene una parte de la boca «insensible», se «le cae la baba» y está pendiente de nuevas operaciones. «Sueño con ellos, no duermo por las noches, me han dejado loco», ha dicho.
De la lonja, según ha afirmado, desapareció dinero que su padre guardaba para comprar una moto, una katana y una «bolsa de marihuna» que tenía para consumo propio».
Acusados
Uno de los acusados de propinar la paliza a la víctima ha relatado que desde los 14 a los 18 años ha estado en centros de menores, que tiene problemas de «control de impulsos» para lo que le recetaban, medicación que «tomaba cuando tenía que tomar, a veces, y que simultaneaba con drogas y alcohol», y que consume «marihuna y coca desde los 17 años».
Tras afirmar que «nunca» ha tenido «apoyo familiar», ha asegurado que desde que entró en prisión no ha recibido «ningún tratamiento» psicológico o psiquiátrico, a pesar de querer «solucionar sus problemas». Este acusado estuvo en urgencias un mes antes de los hechos porque se rompió la mano, con un cuadro de «agitación e intoxicación etílica», y, por ello, la noche de los hechos que se juzgan llevaba una escayola.
En su declaración, ha dicho que, debido a la «mezcla de alcohol, drogas y medicación» no es «consciente» de lo que hace y solo se da cuenta cuando ya está «tranquilo», cuando «me cuentan lo que he hecho».
El segundo acusado de intento de homicidio ha declarado que «en ningún momento golpeó» a la víctima, sino que intentó separar al otro agresor ayudado del tercer acusado. Sí que ha reconocido que cogió el móvil de la víctima, que unos días después, «arrepentido», devolvió a través de un amigo que contactó con la Ertzaintza, y que también se llevó una bolsa de marihuana «para consumo propio».
Bajo los efectos de las drogas
Por su parte, el acusado de un delito de hurto ha reconocido que la noche del suceso habían tomado «coca, speed, porros y alcohol» y el hijo de la mujer acusada estaba «fuera de sí». «Cuando golpeaba no se controlaba», ha contado, para asegurar que «en ningún momento» vio al segundo acusado golpear a la víctima.
Él, según ha dicho, se limitó a separar al primer acusado de la víctima y llevárselo de la lonja, de donde no cogió «nada». «No sabíamos a que íbamos a la lonja, no sabíamos qué iba a ocurrir», ha asegurado.
Problemas psicológicos
Por su parte, la mujer y madre del primero de los acusados, ha reconocido que su hijo tiene problemas «psicológicos» desde los 10 años y que sabía que su hijo «consumía» drogas y alcohol. Ha declarado que la noche de la agresión fue a la lonja con la víctima a «fumar unos porros» y que el agredido se «quitó la ropa» porque se quería duchar.
Por ello, cree que su hijo, al ir a la lonja y encontrarse con la víctima «desnuda» pudo creer que «me estaba pasando algo», aunque ha negado que mantuvieron relaciones sexuales. A pesar de que ha asegurado que no vio la agresión, ha dicho que su hijo «le pegó un mal golpe» y ha afirmado que no vio al segundo acusado golpear al agredido, así como que no se llevó nada de la lonja.
Por otro lado, el padre de la víctima ha dicho que guardaba 2.800 euros en la lonja para comprar una moto, de los que se han recuperado 1.120 euros, y la madre ha declarado que, tras la agresión, su hijo es «muy infantil, dependiente, tiene mucho miedo, no sale por las noches y tiene despistes continuamente», mientras que su hermano ha relatado que el coche que estaba en la lonja la noche de la agresión tenía «abolladuras en la chapa ensangrentadas».
Desnudo y con la cara ensangrentada
Uno de los ertzainas que entró en la lonja tras recibir la llamada de un vecino que oyó «uno golpes terriblemente fuertes» y gritos de «te voy a matar» y vio a dos personas entrar y salir varias veces de la lonja, ha relatado que se encontraron a la víctima «desnuda, tirada en el suelo, con la cara hinchada y ensangrentada, con la tráquea desplazada, prácticamente inconsciente y con muchas dificultades para respirar». El pantalón de la víctima estaba su lado, en el suelo, y en uno de los bolsillos había unos mil euros, según ha declarado.
Otro agente de la Ertzaintza ha explicado que en las conversaciones de WhatsApp extraídas del móvil de la acusada había mensajes de los procesados en los que el principal acusado dice «he saltado en su cabeza 20 veces» o «le decía al payo te voy a matar», mientras que su madre escribe «yo fui a por el dinero». La mujer también «pedía explicaciones a su hijo de la agresión tan brutal».
Por su parte, el agente instructor del atestado ha concluido que la mujer «se propuso sustraer el fajo» que tenía la víctima y le propuso «un encuentro sexual, a la par que el plan» de los otros tres encausados era «sustraerle el dinero, el móvil y los estupefacientes que tenía en la lonja». «Actuaron en conjunto», ha mantenido.