Para cualquier visitante que llega por primera vez a Nueva York hay una cosa que llama mucho la atención: los rascacielos. Casi un símbolo de esta gran ciudad, los rascacielos son un denominador común en uno de los lugares con el metro cuadrado más caro en el mundo. Los rascacielos de la isla de Manhattan también ofrecen la posibilidad de vistas panorámicas únicas, además de ser una foto más que obligada para cualquier persona. Lo bueno es que gran parte de los principales rascacielos están abiertos al público, por lo que podremos disfrutar de una vista única, además de que están incluidos en la Explorer Pass de Nueva York. ¿Qué es la Explorer Pass? Una tarjeta que se adapta al tiempo de viaje de cada turista, con acceso más económicos a múltiples atracciones como los miradores más icónicos de la Gran Manzana.
Visitar el Mirador Top of the Rock
Empezamos nuestra visita a los miradores desde uno de los más emblemáticos por su historia y por la belleza de todo su entorno. Estamos hablando del Rockefeller Center, un sitio que en invierno se convierte en una gigantesca pista de patinaje sobre hielo, con su característico árbol de Navidad. Desde la planta 70 podemos contemplar una de las mejores vistas del Central Park y el estadio de los Yankees al norte, además de ofrecernos una vista frontal del Empire State Building al sur. El mirador cuenta con tres niveles de terrazas, lo que permite disfrutar de la ciudad con diferentes alturas, además de poder permanecer un poco más de tiempo para lograr la foto más espectacular para compartir en Instagram.
Un buen momento para visitar Top of the Rock es al atardecer, con la caída del sol y el encendido de las millones de luces de Nueva York. Una postal única para cualquier fotógrafo.
El más nuevo: el mirador The Edge
The Edge es el más nuevo de la lista, ya que fue inaugurado en marzo de 2020. Se encuentra en el piso 100 del edificio 30 de Hudson Yards, una nueva área comercial y residencial que es una visita obligada para cualquier turista que llega por primera vez a Nueva York. Este mirador es el más alto en su tipo en el hemisferio occidental. Tiene la característica de tener un diseño único con una plataforma triangular que da la sensación de estar suspendido en el aire.
Además, una parte de The Edge tiene suelo de vidrio, lo que permite ver la ciudad a los pies, a 300 metros de altura. Una experiencia no apta para personas que sufran vértigo. Desde este mirador se puede ver sin problemas el horizonte de Manhattan y el río Hudson. El mirador ofrece experiencias interactivas y la posibilidad de disfrutar de una copa en su bar mientras se admiran las vistas, lo que lo convierte en un lugar perfecto para una salida nocturna o una cita especial.
El icónico Empire State Building
El rey de los rascacielos de Nueva York sigue siendo el Empire State Building. Si bien no es el edificio más alto, ofrece un diseño icónico que sigue siendo admirado a pesar de haberse construido hace más de 90 años. En el piso 86 de esta mole se encuentra uno de los miradores más antiguos y populares de la ciudad.
La experiencia en el Empire State Building es tanto histórica como visual. Desde su observatorio, los visitantes pueden disfrutar de una vista panorámica que abarca hasta cinco estados en un día despejado. La estructura art déco del edificio y sus numerosas apariciones en el cine (en especial las escenas de King Kong trepando a su cima) lo convierten en uno de los lugares más visitados del mundo.
El Empire State Building es particularmente impresionante de noche, cuando la ciudad se ilumina bajo tus pies. Las luces de Times Square, los puentes que cruzan el East River y la vasta extensión de Manhattan se despliegan ante los ojos de los visitantes.
Observatorio One World
El Observatorio One World está ubicado en el One World Trade Center. Esta gigantesca torre es el edificio más alto del hemisferio occidental con vistas espectaculares del sector sur de Manhattan desde la planta 102.
La experiencia en el One World Observatory comienza en el Sky Pod, un ascensor que lleva a los visitantes al mirador en menos de un minuto, mostrando una animación que recorre la evolución del horizonte de Nueva York desde el siglo XVII hasta la actualidad. Una vez en la cima, la vista te quita el aliento. Desde allí se puede ver toda la ciudad, el puerto de Nueva York, la Estatua de la Libertad y, en días claros, hasta las colinas de Nueva Jersey y Connecticut.
El One World Observatory también cuenta con exhibiciones interactivas que permiten a los visitantes aprender más sobre la historia de Nueva York y la construcción del One World Trade Center. Esta torre también tiene en su base el Museo y Memorial por las víctimas del atentado del 11S, un lugar de reflexión y homenaje que invita a todos los visitantes a un momento de silencio.