El acusado de matar a 5 hombres en Bilbao afirma que ya está «pagando una condena médiatica y social»

Ha reconocido este lunes que usó para sacar dinero la tarjeta bancaria de una de las víctimas
El acusado de matar a 5 hombres en Bilbao afirma que ya está «pagando una condena médiatica y social»
Juicio al acusado de cinco muertes en Bilbao / Europapress
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El acusado de matar, al menos, a cinco hombres en Bilbao ha reconocido este lunes en un juicio por un delito contra el patrimonio, que usó para sacar dinero la tarjeta bancaria de una de las víctimas, cuyo caso por homicidio ha sido archivado provisionalmente, pero ha precisado que se la había entregado un amigo.

El procesado cumple ya una condena de 10 años por intentar matar a un hombre con el que se citó a través de aplicaciones para gais. En total, se le acusa de dos intentos de homicidio y cinco muertes, una de ellas, la archivada provisionalmente como homicidio.

En el transcurso del juicio celebrado en un juzgado de Bilbao, el procesado ha aprovechado para afirmar que está «pagando una condena médiatica y social» que, a su juicio, no le «corresponde».

Según ha manifestado, él mismo se entregó a la Justicia y nadie le detuvo y lo hizo porque aparecía su imagen a través de los medios. «Yo confío en la Justicia y por eso me entregué para ver qué pasa», ha asegurado.

La acusación particular, ejercida por una letrada de Gehitu, había solicitado que se anulara este juicio por estafa hasta conocer la decisión del Tribunal Constitucional sobre el recurso de amparo que presentaron por el archivo provisional de la muerte de este hombre como homicidio.

A esta petición se ha opuesto la fiscalía y también la defensa del acusado. Finalmente la jueza ha rechazado esta solicitud y ha asegurado que era «perfectamente enjuiciable» porque se daban todas las «garantías legales» para ello.

TARJETA

En el juicio, el acusado, que solo ha respondido a las preguntas de su letrado, ha señalado que, en septiembre de 2021, un «colega» al que ha llamado «Maracucho» le entregó una tarjeta bancaria naranja sin nombre y ha afirmado que no sabía de quién era y ha asegurado no conocer al que era el titular.

Ha asegurado, por tanto, que tampoco había mantenido con él ningún contacto a través de aplicaciones de móvil y ha negado que él útilizara el pseudonimo de «Carlos» en aplicaciones de citas para gais. También ha negado que hubiera estado alguna vez en el domicilio de ese hombre.

El acusado ha señalado que «Maracucho», junto a otra persona que ha citado como ‘Anthony’, era el encargado de «pasarles las tarjetas» a él y a otra persona con las que «sacaban el dinero» y se lo repartían.

Según ha manifestado, no le dijeron de quién era esa tarjeta y ha asegurado que a él tampoco le interesaba saber y que se trataba de un «dinero extra» al de su trabajo. «La cogí, saque el dinero y tampoco me interesaba de dónde venía ni por qué venía», ha añadido.

El investigado ha indicado que «Maracucho» era simplemente un «conocido de entregar las tarjetas» y que solía frecuentar «lugares de ambiente» y quedar «con señores», aunque no le consta que tuviera relaciones sexuales a cambio de dinero con personas de mismo o diferente sexo.

Ha reconocido que no era la primera vez que «Maracucho» le entregaba tarjetas, ya que, a veces, le daba tarjetas con un PIN y le decía que sacara dinero y las tirara y, en otras ocasiones, le daba regalos como móviles.

Cuestionado por si recordaba si con esta tarjeta acudió a varios cajeros de BBVA, Sabadell o Kutxabank a sacar dinero, ha respondido que podría ser «con esa», con la suya o con la de su novia. Ha añadido que «Maracucho» le dijo que tenía que tirar esa tarjeta pero no la tiró y se fue a visitar a su novia en Torre Pacheco (Murcia) y sacó dinero. Ha agregado que fue en Murcia donde finalmente la tiró.

En respuesta a la propia jueza ha reconocido que la tarjeta no era suya, sabía que no era de las personas que se la habían entregado y que sacó dinero de varias entidades que era para «repartir». Según ha respondido, conocía que estaba detrayendo dinero de la cuenta de otra persona.

ERTZAINTZA

En el juicio, también ha comparecido como testigo un ertzaina que ha asegurado que en el teléfono del fallecido figuraba el contacto del acusado, por lo que cree que alguna comunicación mantenían, aunque desconoce si había habido una relación física entre ellos. También ha apuntado que en algunas transferencias que se intentaron realizar figuraba el acusado como beneficiario, así como que en el caso de algunos bizum.

Tras indicar que el procedimiento contra el acusado se inició por un delito de homicidio, ha señalado que el encausado era el que aparecía en las imágenes de los cajeros en los que se extrajo dinero.

También ha testificado la que fuera pareja sentimental del acusado en el momento de los hechos y que ha asegurado que ya no lo son, aunque mantiene una relación cordial.

Según ha declarado, recuerda que en septiembre de 2021 fue a un centro de comercial con el acusado pero ha asegurado que no recuerda exactamente qué regalos le hizo en aquel momento pero que se los entregó posteriormente a la policía. Además, ha añadido que su entonces pareja no le dijo que la tarjeta bancaria fuera de un tercero.

Junto a estos testigos, también ha comparecido a puerta cerrada el hermano de la víctima. Como consecuencia de este «reconocimiento de los hechos» por parte del acusado, la Fiscalía ha modificado su escrito provisional y de pedir tres años por un delito continuado de estafa por uso fraudulento de la tarjeta ha pasado a solicitar una pena de dos años y seis meses.

Por su parte, la acusación particular, ejercida por una letrada de Gehitu, en declaraciones posteriores a los medios de comunicaciones, ha afirmado que esperan que «todo haya salido bien y tengan una sentencia favorable». En total, pide una condena de cinco años, al ser excluido el robo con violencia, cuya prueba ha sido rechazada en el juicio.

La acusación particular ha asegurado que se ha acreditado la cuantía «estafada» de 7.923 euros en extracciones de dinero y en compras por esa tarjeta y ha añadido que intentó hacerse con otros 8.000 euros, pero «no lo consiguió».

En concreto, solicita una pena de cuatro años y seis meses por un delito de uso fraudulento de la tarjeta de crédito y cinco meses y 29 días por un delito de estafa informática, ya que «intentó realizar 5.500 euros en bizums que no llegaron a realizar porque el blanco bloqueó esos movimientos por seguridad».

Asimismo, cree que, a través de la declaración en el juicio del ertzaina y del hermano de la víctima, se ha acreditado la existencia, no solo del agravante de reincidencia, sino también del de discriminación en base a la orientación sexual de la víctima.

Sobre la influencia que pueda tener lo que ocurra en este juicio en el resto de casos, la letrada cree que puede influir «en tanto en cuanto se puede acreditar el móvil posterior a los asesinatos», de manera que «se asesinaba para realizar las mismas acciones, hacer uso de las tarjetas y obtener esas cuantías» y cree que «podrían ser» asesinatos en serie.

La letrada ha añadido que, en este caso, a pesar de que la autopsia dice que el fallecido, cuya tarjeta ha reconocido que uso el acusado, tuvo una muerte natural, ellos no lo entienden así y, por ello, han recurrido al Tribunal Constitucional el archivo.

Según ha explicado, aunque la defensa del acusado ha intentado acreditar que no existía una relación previa entre el acusado y el fallecido, a su juicio, ha quedado acreditado con la declaración del agente y los informes efectuados por la Ertzaintza.

El letrado del acusado ha pedido su libre absolución y ha reclamado que quede demostrado como hechos probados que no tuvo ningún contacto con el fallecido y que la tarjeta bancaria le llegó a través de un tercero. Asimismo, ha apuntado que no cree que se pueda probar una estafa continuada sino solamente, dos extracciones de 500 euros por la visiones de dos cajeros.

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