El Athletic está bien colocado en la tabla después de once jornadas disputadas. Se encuentra a dos puntos de la Champions y con margen de mejora, que a estas alturas, es casi lo más importante. Jugar competición europea supone un desgaste para el equipo, pero las rotaciones de Valverde hacen que no se noten demasiado.
Los leones suman 18 puntos de 33 posibles, poco más del 50%, lo que nos indica que el equipo no está súper, pero también que hay mucha igualdad en la competición. A Mallorca y Osasuna no les esperaba nadie en la fiesta de Betis y Athletic. Se supone que con el paso de las jornadas la plantillas cortas irán cediendo terreno, pero esa es sólo la teoría. Hoy por hoy tenemos una clasificación de lo más apretada.
Frustración
El empate en Palma sabe a poco después de jugar con superioridad numérica durante 70 minutos. Los rojiblancos no tuvieron la claridad suficiente para hincarle el diente a un equipo muy bien trabajado por Jagoba Arrasate y todos salimos de Son Moix con la sensación de que habían volado dos puntos que ya no volverán. Ojalá que no haya que echarlos de menor a final temporada. Estos dos puntos se suman a los dos del día del Sevilla, el puntito frente al Atlético Madrid y, al menos, el puntito de Girona. Una pena.
Mallorca se le suele atragantar al Athletic por un motivo u otro. No se gana en la isla desde 2012, aunque es cierto que han tenido periodos en Segunda división. Arrasate ha mantenido la fortaleza defensiva implantada por Aguirre y le ha dado su toque personal para tenerlo en la zona noble la tabla. El buen trabajo en Pamplona tiene continuidad en la isla balear.
Notas positivas
Lo mejor del Athletic fue ver a Julen Agirrezabala salvando a su equipo con un gran parada, pero sobre todo, disfrutar con la vuelta de Yeray Álvarez que volvió al once por la puerta grande. Regresaba a la titularidad tras caer lesionado frente al Atlético de Madrid y aguantaba los 90 minutos a un gran ritmo. Fue de lo mas destacado del equipo y dejó muestras de su calidad sacando el balón con un par de grandes entregas a los delanteros que bien pudieron suponer sendas asistencias si sus compañeros hubieran estado un poco mas acertados.
El duelo nos dejó la injusta pitada del público a su ex jugador, Iñigo Ruiz de Galarreta cada vez que tocaba el balón porque los aficionados locales entendieron que le echó cuento en la expulsión de Samu Costa. El portugués bastante suerte tuvo con no ver la roja directa en la primera entrada sobre Jaureguizar. Valverde y Arrasate coincidieron en sala de prensa en su defensa a ‘galaxy’, un jugador honrado que bien conocen por esos lares, aunque parecen haberlo olvidado. Ellos mismos.