El obispo de Bilbao, Joseba Segura, ha afirmado que la Comisión de Protección de Menores y Prevención de Abusos Sexuales en la Iglesia de Bizkaia sigue recibiendo «algunos nuevos» casos, aunque «no tantos como al principio», y ha subrayado que, a su entender, «casi siempre son testimonios totalmente creíbles» pese a que «desde el punto de vista de una dinámica judicial es muy difícil probar» lo sucedido. Asimismo, ha precisado que no hay «tanta gente» que desea reclamar «alguna compensación económica».
En una entrevista concedida a Radio Euskadi, recogida por Europa Press, el obispo de Bilbao ha explicado que la Comisión puesta en marcha en la Iglesia vizcaína para atender a víctimas de presuntos abusos sexuales por parte de religiosos sigue «funcionando» y hay «algunas nuevas personas, no tantas como al principio, que llaman y que quieren contar su caso».
Tiempo pasado
Según ha explicado, la mayoría de los casos que trasladan a esa Comisión aluden a «cuestiones que pasaron hace bastante tiempo» y, por tanto, «normalmente los supuestos abusadores están muertos».
Aunque «es muy difícil desde el punto de vista de lo que puede ser, por ejemplo, una dinámica judicial probar lo que sucedió o no sucedió», ha asegurado que, para él, «no es importante» y, de hecho, ha tenido «la sensación siempre, o casi siempre, de que realmente son testimonios totalmente creíbles y que, si se han mantenido ocultos durante tanto tiempo, no es porque se lo estén inventando ahora, sino porque era otro contexto, era una situación en la que era muy difícil hablar de esto».
Así, ha considerado que, en la medida en que «eso ha cambiado radicalmente» y hay «condiciones para que la gente se sienta escuchada» y no hay «ninguna posibilidad de que la Iglesia se enroque y no tome en serio los testimonios», las víctimas «se animan más a hablar y a contar cosas que han pasado».
Todo no ha salido
«Todavía no sabemos todas las cosas que han pasado, todo no ha salido, pero yo creo que estamos en una actitud, en una situación totalmente distinta», ha reiterado.
Cuestionado por la posibilidad de una compensación económica para las personas que denuncian abusos, ha precisado que hay «muchas personas» que quieren contar lo que les pasó sin «ninguna otra pretensión» ni tampoco quieren que «se haga público». Otras, ha añadido, quieren que «esto se conozca» y otras que, además, se reconozca «algún tipo de responsabilidad económica».
Según ha precisado, «nosotros asumimos es una responsabilidad moral. Incluso aunque no pueda probarse, como en los procesos judiciales, las cosas o los hechos» y, desde la experiencia de que «efectivamente la mayoría de la gente que viene viene con una historia muy creíble, creemos que también tenemos que estar abiertos a esa dimensión».
«Pero no son tanta gente la que pide de alguna forma compensación económica, porque probablemente muchos de ellos tienen ya su vida hecha», ha apuntado Segura, al que «sorprende» que «algunos dentro de la iglesia» tengan «tanto miedo a este tema económico», que cree «va a ser importante, pero no va a ser una cuestión central».
EL PAPEL DE LA MUJER
En otro orden de cosas ha valorado que «el papel de la mujer en la Iglesia ha sido absolutamente crítico siempre» y, sin su «colaboración mayoritaria en todos los trabajos de Iglesia, no solamente en la transmisión de la fe, sino también en todo lo que es compromiso voluntario, en organizaciones sociales, realmente la Iglesia no podría tener el impacto que tiene».
«La cuestión es cómo eso si se refleja o no en puestos de responsabilidad», ha matizado el obispo de Bilbao, para quien «hay mucho que hacer en ese sentido». En su opinión, «estamos avanzando y tenemos mucho que avanzar».
No obstante, ha admitido que «es muy difícil que, por ejemplo, la Iglesia en Europa pueda avanzar a un determinado ritmo en este tema» al ser una organización «presente en los cinco continentes», en los que «hay sensibilidades distintas», de manera que «determinadas cosas que son muy importantes aquí en Europa quizá no son tan importantes en el continente africano en este momento».
Según ha indicado, «para el Papa es fundamental el hecho de mantener la comunión, que es básicamente lo que ha permitido que la Iglesia se pueda mantener durante 20 siglos, intentando ir en un ritmo de cambios, de transformaciones, que realmente sea relevante y sea sostenido y sea apoyado por toda la comunidad y que no produzca rupturas».
