La Universidad de Deusto ha presentado hoy los resultados de la investigación CyberResistance, que alerta sobre los riesgos digitales a los que están expuestos niños y niñas desde los 7 años. El estudio revela que los niños acceden a contenido violento y competitivo a través de videojuegos, mientras que las niñas enfrentan una fuerte hipersexualización. A esa misma edad, ya reciben contenido pornográfico sin buscarlo.
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El trabajo, llevado por el equipo Deusto Valores Sociales, liderado por Estíbaliz Linares y en colaboración con Opcionate, muestra cómo persisten roles de género digitales tanto en las familias como en la escuela, donde el profesorado denuncia falta de apoyo para abordar estos desafíos. El acoso escolar sigue siendo una forma extendida de violencia y, aunque existen avances y estrategias de resistencia, la investigación subraya la necesidad urgente de formación, prevención y acompañamiento desde una mirada crítica, sin discursos del miedo.
En el estudio, iniciado en septiembre de 2023, han participado, en Euskadi, 9 centros escolares (5 públicos, 3 concertados y 1 privado), con 82 docentes de primaria, 49 progenitores y 221 menores; y en Canarias, 4 centros (1 público y 3 concertados), 38 docentes de primaria, 23 progenitores y 48 menores. Además, se han realizado talleres de formación con 60 familias y 55 menores de 4º de primaria.
Sobre el acceso a la pornografía, los datos reflejan que generalmente ya con 7 años cuentan que han tenido que ver imágenes en el que la corporalidad femenina queda totalmente objetivizada. En este sentido las reacciones de las niñas y los niños son totalmente diferentes. El estudio señala que mientras que las niñas rechazan este contenido, los niños, si se lo ha mostrado a alguno de clase o “primos mayores”. La objetivización del cuerpo femenino sigue siendo aval de la masculinidad. A pesar del uso generalizado de controles parentales y pautas de ciberseguridad, en contextos familiares con menor supervisión o estructuras frágiles, el acceso a contenido sexista, violento o hipersexualizado sigue siendo común.
En el ámbito educativo, el profesorado demanda mayor formación y recursos para enfrentar estos problemas, especialmente en salud mental y prevención de violencias digitales. Las dinámicas familiares también reproducen roles tradicionales: los padres se relacionan más con el ocio digital, mientras las madres asumen la supervisión y el cuidado. El informe destaca la importancia de generar comunidades educativas implicadas, donde familias, escuela y servicios sociales trabajen de forma coordinada.