

El director de Gogora, Alberto Alonso, ha instado a hacer de la memoria un instrumento de advertencia «ante la proliferación de los mensajes de odio, de división y de exclusión del diferente». Lo ha hecho durante el homenaje anual a los gudaris y milicianos que lucharon contra el franquismo en la Guerra Civil, celebrado frente a la escultura Aterpe 1936 – La Huella.
En un contexto internacional marcado por conflictos bélicos, Alonso ha subrayado que «la guerra vuelve a proyectar una sombra oscura sobre nuestros corazones», evocando las imágenes de «muerte, destrucción y sufrimiento» que aún se repiten en muchos lugares del mundo.
Amplia representación institucional y política
El acto ha contado con una nutrida representación institucional. Han asistido el lehendakari, Imanol Pradales, así como los consejeros del Gobierno Vasco Maria Jesús San José, Ibone Bengoetxea y Mikel Torres. También han estado presentes la diputada general de Bizkaia, Elixabete Etxanobe, y el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, junto a concejales de todos los grupos municipales.
Entre los representantes políticos, han acudido el secretario general del PSE-EE, Eneko Andueza, las eurodiputadas Idoia Mendia (PSE) y Oihane Agirregoitia (PNV), el portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, y representantes del EAJ-PNV como Ion Gambra, Maitane Ipiñazar e Iñigo Ansola.
Compromiso con los derechos humanos y la convivencia
Alonso ha reivindicado el papel de las personas homenajeadas como «reflejo del dolor que pueden causar las ideologías totalitarias» y ha reiterado su compromiso con «la construcción de una sociedad democrática basada en la paz, la libertad, la diversidad y la convivencia».
En el acto también se ha leído un manifiesto conjunto por parte de Sergio Esarte (PSE-EE) y Arantxa Burgoa (CNT), donde se ha condenado la guerra como imposición del fascismo, recordando los horrores que acarreó: «destrucción, muerte, cárcel y exilio».
«Queremos y necesitamos la paz»
Los firmantes del manifiesto han reafirmado su adhesión a los ideales de quienes lucharon por la libertad, asegurando que las nuevas generaciones «toman el testigo» de aquellos combatientes. “No queremos guerras. No necesitamos guerras. Queremos y necesitamos la paz”, han proclamado.
El homenaje ha finalizado con un aurresku de honor y una ofrenda floral junto a la escultura que recuerda a los defensores de la democracia frente a la sublevación fascista.
Decenas de ciudadanos, junto a representantes de asociaciones y grupos memorialistas, han acompañado el acto ondeando ikurriñas, banderas republicanas y de la CNT, en un emotivo reconocimiento a quienes lucharon por un futuro más justo.