

La Federación de Asociaciones Vecinales de Bilbao ha mostrado su malestar ante la inclusión de centros comerciales y polideportivos de pago en el listado de refugios climáticos difundido por el Ayuntamiento de Bilbao. A su juicio, se trata de espacios cuya entrada no está garantizada para todas las personas, especialmente en el caso de los más vulnerables.
La campaña municipal presentada esta semana desde el área de Movilidad y Sostenibilidad informa de la existencia de 131 refugios climáticos repartidos por toda la ciudad. El objetivo es ofrecer lugares seguros para protegerse de las altas temperaturas, en especial para personas mayores y niños.
Refugios climáticos interiores con acceso limitado
Según ha detallado el Consistorio, 65 de estos refugios son interiores, ubicados en bibliotecas, centros cívicos, instalaciones deportivas, estaciones de transporte, museos, salas de exposiciones y centros comerciales. A ellos se suman 66 espacios al aire libre en parques y zonas verdes.
Sin embargo, desde la federación vecinal se advierte de que algunos de estos lugares no están disponibles de manera efectiva. Critican que las bibliotecas y centros cívicos solo abran entre semana, y que el acceso a polideportivos esté restringido a quienes tienen carné. Del mismo modo, consideran inadecuado considerar espacios comerciales privados como solución climática de carácter público.
Críticas al modelo urbanístico
La entidad vecinal también ha señalado una contradicción entre la urbanización creciente de Bilbao y la necesidad de espacios naturales que alivien las consecuencias del calor extremo. “El Bilbao de cemento que se potencia en los nuevos proyectos choca con la necesidad de refugios cuando aprieta el calor”, han denunciado.
Además, han vinculado esta situación con otros problemas ambientales como la contaminación generada por Sader Profersa o el ruido derivado de la ampliación de horario de las terrazas. Aseguran que estas condiciones hacen que muchas personas no puedan ni siquiera abrir las ventanas de sus hogares, y que el disfrute del buen tiempo queda limitado a quienes pueden permitírselo.