Bilbao Orkestra Sinfonikoa (BOS) ha ofrecido por primera vez un concierto en el Centro Penitenciario de Álava, acercando la música clásica a un escenario poco habitual pero cargado de significado. La iniciativa, organizada en colaboración con el Departamento de Justicia y Derechos Humanos del Gobierno Vasco, se enmarca en el compromiso de la BOS con el acceso universal a la cultura.
El recital, de 50 minutos de duración, incluyó una cuidada selección de obras del compositor vasco Jesús Guridi. Bajo la batuta de Mikel Fernández, 45 músicos de la orquesta interpretaron fragmentos de El Caserío, La Meiga y Mirentxu, acompañados por las voces de la soprano Lorea López y el tenor Aitor Garitano, ambos con destacadas trayectorias nacionales e internacionales.
Música como puente hacia la reinserción
El proyecto parte de la convicción de que la cultura es un derecho de todas las personas, también de quienes cumplen condena. Según la BOS, escuchar un concierto en directo en este contexto rompe la rutina penitenciaria, reduce la ansiedad, mejora el bienestar emocional y fomenta la convivencia. Además, contribuye a reforzar el vínculo de la población reclusa con el exterior y con el mapa cultural de Euskadi.
“Este concierto ha sido una experiencia profundamente emocionante para todos”, afirmó Iñigo Alberdi, director general de la BOS. “La música puede cruzar cualquier muro. No ha sido solo un recital: ha sido un acto de empatía y de compromiso cívico con la reinserción”.
En la misma línea, Mercedes Iruarrizaga, directora del centro penitenciario, destacó el valor simbólico y terapéutico de la actividad: “Es la primera vez que se celebra un concierto de música clásica en este centro. Ha sido una experiencia transformadora, que ha llenado de belleza los espacios y ha generado un clima de respeto y emoción”.
Un nuevo capítulo en la acción social de la BOS
Desde su fundación en 1922, Bilbao Orkestra Sinfonikoa ha llevado su música más allá de los grandes auditorios, acercándola a entornos educativos, rurales y sociales. Este concierto en el Centro Penitenciario de Álava se suma a su línea de acción social, reafirmando su compromiso con una cultura abierta, inclusiva y transformadora.
