

La Guardia Civil del País Vasco y la Policía Nacional han desmantelado una organización criminal dedicada a introducir importantes cantidades de cocaína por la costa Cantábrica. La operación se ha saldado con la incautación de 58 kilos de esta droga en Arrigorriaga, cuyo valor en el mercado supera los 1,5 millones de euros.
Durante la intervención, fueron detenidas tres personas, actualmente en prisión, y se requisaron dos vehículos equipados con compartimentos ocultos de complejos mecanismos de apertura, así como siete teléfonos móviles y 3.400 euros en efectivo.
Inicio de la investigación tras la incautación en Arrigorriaga
Según ha informado el Ministerio del Interior, la investigación comenzó tras la detención, a finales del año pasado, de un vecino de Asturias en el peaje de la AP-68 en Arrigorriaga. Durante un control rutinario del Servicio Fiscal de la Guardia Civil de Bizkaia, se descubrieron 58 kilos de cocaína escondidos en un doble fondo del coche.
El análisis de los datos recabados, junto a otras herramientas de investigación, permitió identificar un vehículo que actuaba como lanzadera durante el transporte de la droga. Las indagaciones se centraron entonces en el conductor de este coche.
Cooperación clave entre Guardia Civil y Policía Nacional
A través del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), se supo que la Policía Nacional de Burgos también estaba investigando a esta misma persona, por lo que ambos cuerpos coordinaron sus esfuerzos. Gracias a esta colaboración, en agosto se logró detener al líder del grupo y a otro miembro cuando transportaban un kilo de cocaína.
La operación, denominada ‘Buciero-Anchoa’, ha permitido neutralizar esta red criminal que operaba en Bizkaia y Cantabria. El balance incluye la detención de tres personas, la incautación de 58 kilos de cocaína valorados en más de 1,5 millones de euros, la confiscación de dos vehículos con sofisticadas “caletas”, siete teléfonos móviles y dinero en efectivo.
El Ministerio del Interior ha subrayado que la colaboración entre agentes de la Guardia Civil del País Vasco y de Santoña (Cantabria), junto a efectivos de la Policía Nacional, ha sido clave para el éxito de esta operación.