La semana pasada la Red Española de Análisis de Aguas Residuales con Fines Epidemiológicas (ESAR-Net), en la que colabora el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC), ha conmemorado sus tres años de existencia con una jornada telemática en la que ha presentado un estudio con los resultados obtenidos durante este periodo de tiempo. Los resultados han llamado la atención, por lo preocupante de los datos: cada español bebe de media anualmente 5,7 litros de etanol puro durante 15 años, tras analizar las aguas residuales de 17 plantas de tratamiento de trece ciudades en las que viven poco más de seis millones de habitantes. Los resultados obtenidos también han permitido constatar la existencia de grandes diferencias a nivel local, como en el caso de la zona metropolitana de Bilbao y Cataluña, que son los lugares con un consumo de este tipo de bebidas significativamente más alto que en el resto de España.
Para valorar estos datos, y conocer cómo está siendo el proceso de desintoxicación de las personas alcohólicas en un año marcado por la pandemia, nos hemos puesto en contacto con la Fundación Etorkintza, una institución privada sin ánimo de lucro, declarada de utilidad pública, que se fundó en Bilbao, en 1984 con objetivo de llevar a cabo acciones y procesos destinados a personas que se encuentran en situación de riesgo, con problemas de adicción, salud mental y exclusión social.
