Caseríos cooperativos. La alternativa para vivir en comunidad ante la falta de acceso a la vivienda

"En Euskadi hay más de 6.000 caseríos vacíos" señala la presidenta de la Asociación Vasca de Cohousing

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Caseríos cooperativos. La alternativa para vivir en comunidad ante la falta de acceso a la vivienda

Caserío / Freepik
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En EgunOn Bizkaia entrevistamos a Isabel Izkue, presidenta de Ametsak Sortzen, la Asociación Vasca de Cohousing, quien ha explicado cómo la vivienda cooperativa en cesión de uso ha abierto una vía para rehabilitar caseríos en desuso y dar respuesta a la preocupación creciente por el acceso a la vivienda en Bizkaia y en el resto de Euskadi.

El pasado mes de junio se presentó el estudio “La vivienda cooperativa en cesión de uso en el entorno rural de la CAPV”, impulsado por esta entidad con el apoyo del programa ERAIKAL del Gobierno Vasco.  El trabajo ha recogido cuatro casos de caseríos rehabilitados y ya habitados: tres en Bizkaia (Sopela, Mendata y Gordexola) y uno en Araba (Maeztu). Estas experiencias han mostrado que la fórmula cooperativa se ha adaptado especialmente bien a caseríos que permanecían vacíos.

Izkue ha subrayado que los grupos se han formado a partir de intereses comunes (vivir en la naturaleza, relaciones de cuidado, crianza en entornos amables…), y en algunos casos han estado integrados por personas mayores con dinámicas propias. La asociación ha acompañado a quienes se han acercado tanto a título individual como en grupo.

La entrevistada ha remarcado una clave jurídica de este tipo de proyectos en los que la cooperativa es la propietaria del caserío y del suelo anexo, y las personas socias tienen derecho de uso de los espacios asignados y de las zonas comunes. De este modo, se preserva la unidad del baserri y se impide su fragmentación y venta por partes.

No obstante, este tipo experiencias siguen afrontado trabas administrativas. Según ha señalado Izkue, la interpretación de planeamientos municipales y de directrices territoriales (incluida la normativa de ámbitos como Urdaibai) ha dificultado la concesión de licencias de obra, al estar pensadas para dividir los caseríos en un máximo de dos o cuatro viviendas, un marco que no se ajusta al modelo cooperativo sin división.

Apoyo institucional… aún insuficiente

El estudio se ha elaborado con apoyo del Gobierno Vasco y la relación con el Departamento de Vivienda se ha mantenido fluida, según señala Izkue. No obstante, ha insistido en que la solución requiere necesariamente de la implicación de más áreas (Urbanismo, Bienestar Social, Hacienda) para allanar el camino a un modelo todavía poco conocido.

Impacto en el medio rural

«La rehabilitación de caseríos vacíos ha contribuido a dinamizar el entorno rural» defiende la presidenta de la Asociación Vasca de Cohousing. Ha atraído población joven y ha favorecido la aparición de servicios y de redes locales vinculadas a la ecología y a la economía circular. Izkue ha recordado que en Euskadi se han contabilizado más de 6.000 caseríos vacíos, por lo que la oportunidad es evidente para frenar el abandono demográfico.

Desde Ametsak Sortzen Elkartea se han programado talleres de formación de grupos, que se han iniciado el año pasado y se reanudarán este otoño para conectar a personas interesadas y facilitar la creación de comunidades intencionales que quieran rehabilitar caseríos bajo el modelo cooperativo en cesión de uso.

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