El doctor en Psicología y profesor emérito de la Universidad de Deusto, Enrique Pallarés, ha reflexionado en EgunON Magazine sobre la importancia de la inteligencia emocional —ese «cociente» que, según ha señalado, ha ido ganando terreno al intelectual— y ha ofrecido pautas prácticas para reconocer y gestionar los propios sentimentos.
¿Qué es la inteligencia emocional?
Enrique Pallarés ha recordado que el término se ha popularizado desde que Daniel Goleman lo ha convertido en superventas, aunque desde antes «ya se había acuñado» y se había trabajado en el ámbito académico. Ha definido la inteligencia emocional como la capacidad de percibir, comprender y regular las emociones propias y ajenas, una competencia que, ha subrayado, puede aprenderse y mejorarse a lo largo de la vida.
Percibir, comprender y regular
Durante la entrevista, el invitado ha desgranado los tres pilares que sostienen la inteligencia emocional. Primero, ha subrayado la necesidad de percibir con precisión lo que sentimos: «Hay quien está triste o ansioso y ni se da cuenta», ha advertido. Después, ha situado la comprensión como paso previo a cualquier estrategia de regulación. Finalmente, ha insistido en la importancia de regular las emociones sin anularlas, dejando crecer la satisfacción o la empatía y modulando la ansiedad o la ira.
La alexitimia: analfabetismo emocional
El psicólogo ha introducido el concepto de alixetimia, la incapacidad de leer las emociones propias y ajenas. Ha alertado de que esta carencia puede dificultar las relaciones y la toma de decisiones, y ha animado a «alfabetizarnos emocionalmente» para cultivar una vida afectiva más rica.
Granularidad frente a respuestas molares
Pallarés ha abogado por sustituir las «respuestas molares emocionales» —decir simplemente «estoy fatal»— por la granularidad emocional: poner nombre concreto a los matices del ánimo para encauzar mejor la conducta. «No se trata de obsesionarse —ha matizado—, sino de afinar el vocabulario interno», ha dicho, antes de ofrecer ejemplos cotidianos sobre cómo el miedo mal gestionado puede disfrazarse de ira.
Aplicación práctica en el día a día
El experto ha asegurado que la inteligencia emocional «se ha podido entrenar» a través de la autoobservación y de la lectura, y ha señalado la empatía como una de las destrezas más relevantes en cualquier ámbito social o profesional. «Hay personas con formación académica modesta —ha comentado— que, gracias a su talento emocional, han logrado relacionarse con mayor éxito ante la vida».
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