El emblemático kiosco del parque de Doña Casilda, junto al Museo de Bellas Artes de Bilbao, ha cerrado sus puertas tras más de dos décadas de actividad como heladería y cafetería con amplia terraza. El motivo: un plátano centenario protegido que ha invadido con sus raíces y ramas la estructura del edificio, provocando filtraciones, roturas y daños en el tejado.
El Ayuntamiento de Bilbao ha confirmado que el espacio saldrá próximamente a licitación pública después de una reforma integral. Antes, será necesario realizar un “lavado de cara intenso” para reparar los desperfectos causados por la naturaleza y definir un nuevo diseño que conviva con los árboles del entorno.
“El árbol está apoyado sobre el tejado”
El gerente de Helados Capra, empresa que ha gestionado el kiosco durante los últimos 21 años, explica que el deterioro ha sido progresivo: “El árbol está apoyado sobre el tejado del edificio y lo está reventando. Entra agua, se rompen los cristales y el suelo está totalmente levantado por las raíces”.
Según detalla, cada pocos meses el equipo de mantenimiento ha tenido que intervenir para retirar raíces de las tuberías y reparar filtraciones en el sótano. “No sé si el árbol ha invadido el kiosco o el kiosco ha invadido al árbol”, reconoce con ironía.
El empresario no descarta volver a optar a la concesión cuando el nuevo proyecto salga a concurso, aunque todavía no hay una decisión tomada.
Un árbol protegido y muchas emociones
El cierre ha sorprendido a muchos paseantes que desconocían la noticia. Entre la nostalgia y la comprensión, las opiniones en el parque reflejan el vínculo emocional con el lugar.
“Yo venía aquí de pequeño, alquilábamos bicis y comprábamos barquillos”, recuerda una vecina.
“Ahora venía todos los días a tomar café, me da mucha pena”, lamenta un habitual de la terraza.
Otros aceptan la situación con resignación: “Si el árbol es centenario y está protegido, no hay más que hacer. Mejor buscar otra ubicación para el kiosco”.
Desde el consistorio, se prepara un concurso de ideas para rediseñar el espacio y permitir que el árbol siga creciendo sin comprometer la seguridad ni el patrimonio natural del parque.
El plátano más famoso de Bilbao
El árbol responsable del cierre es un plátano de sombra (Platanus hispanica), especie habitual en los parques bilbaínos. Puede alcanzar los 55 metros de altura y vivir hasta 500 años, motivo por el que está catalogado como ejemplar protegido.
Su tronco se ha inclinado hasta apoyar parte de su peso sobre el tejado del kiosco, deformando la estructura. A su alrededor, otros plátanos del parque también han levantado el pavimento y las tuberías.
La escena, tan curiosa como simbólica, deja una imagen insólita: la naturaleza imponiéndose sobre la arquitectura en pleno corazón verde de Bilbao.
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