Greenpeace ha reclamado prolongar la moratoria al eucalipto en Bizkaia hasta 2030 y extenderla a todo Euskadi, con el objetivo de contener su expansión, proteger la biodiversidad y dar respuesta a un debate que también atraviesa al sector maderero.
Una plantación, no un bosque
Desde Greenpeace han insistido en un matiz que se repite cada vez más entre especialistas del ámbito forestal: cuando se habla de eucalipto, en realidad se habla de plantaciones, no de bosques. El responsable de la campaña de bosques de Greenpeace, Miguel Ángel Soto, lo ha resumido con una frase directa: «No es un bosque, es una plantación».
Ese punto de partida, ha explicado, no pretende demonizar la especie. «Primero no tienen nada de malo», ha señalado, antes de situar el foco en las repercusiones que puede tener la expansión de estas plantaciones cuando se acelera el reemplazo de otras especies y se tensiona el equilibrio del monte.
El debate en Bizkaia: madera, demanda y sustitución rápida
La preocupación, según ha detallado Soto, no ha quedado limitada al ámbito ecologista. Ha afirmado que «no solo los ecologistas estamos preocupados por la evolución del sector forestal vasco», sino que esa inquietud también se percibe en productores y en la industria que aprovecha, por ejemplo, el pino radiata (pino de Monterrey), muy presente en el paisaje de Bizkaia y Gipuzkoa.
El entrevistado ha explicado que el origen del debate en Bizkaia se ha situado en la «rápida sustitución» de plantaciones de coníferas por eucalipto. En su lectura, el problema no es solo ambiental: también se cruza con la planificación económica, los costes del aprovechamiento y la necesidad de anticipar cuánta madera se va a demandar y producir en otros territorios cercanos.
Carácter invasor y presión sobre espacios protegidos
Uno de los argumentos que Greenpeace ha puesto sobre la mesa tiene que ver con el carácter invasor de algunas especies. Soto ha explicado que hay eucaliptos que «se naturalizan» y se expanden hacia ecosistemas que no son los de la plantación original, incluidos «espacios protegidos». En esos casos, ha añadido, la administración ha tenido que destinar fondos públicos para combatir esa propagación.
En la entrevista ha defendido que la ocupación de zonas «ricas en biodiversidad» no es compatible con la conservación de especies amenazadas y ha recordado que existe literatura científica y actuaciones públicas encaminadas a evitar esa expansión.
Plagas, pino radiata y cambio climático
En el diagnóstico de Greenpeace, el avance del eucalipto también se ha conectado con la crisis de las coníferas. Soto ha señalado que una plaga asociada a un hongo —vinculado a inviernos más «cálidos y húmedos»— ha afectado a las acículas y ha contribuido a que parte del pino radiata se muera, pierda productividad o no crezca como se espera.
Esa situación, ha explicado, ha empujado a muchos propietarios a cambiar de especie. En ese contexto, ha afirmado que en las últimas dos décadas «ha aumentado más de un 100% la superficie de eucalipto» en Euskadi, «principalmente en Bizkaia».
Moratoria hasta 2030 y alternativas con más diversidad
Greenpeace ha defendido que prolongar la moratoria no ha supuesto un «cataclismo económico». Para la organización, la clave está en que la prohibición temporal de sustitución de plantaciones se acompañe de alternativas y de una política de ayudas que favorezca una producción «más plural» y, por tanto, «más resiliente» ante el cambio climático y las plagas.
En la entrevista, Soto ha citado ejemplos de especies que pueden ganar peso si se impulsa la diversificación, como «fresnos autóctonos», «cerezos» o «servales», y ha advertido de los riesgos del monocultivo económico cuando el mercado cambia y el producto deja de cubrir costes.
El espejo de Portugal, Galicia y Asturias
Otro de los elementos que Greenpeace ha utilizado para sostener su petición ha sido la comparación con territorios vecinos. Soto ha recordado que en Portugal «hay una moratoria vigente a la plantación de eucalipto hasta el 2030», y que en Galicia se ha ampliado la moratoria hasta ese mismo horizonte. También ha señalado que el plan forestal de Asturias está conteniendo el eucalipto.
La norma foral, en el foco de 2026
El responsable de bosques de Greenpeace ha enmarcado el debate en la tramitación de la norma foral de Bizkaia, que ha señalado como un momento clave para «cambiar la forma» de gestionar las plantaciones, reforzar la diversidad y mantener la moratoria «hasta que no se solucione» el problema de viabilidad de las plantaciones destinadas a la madera de construcción.
En ese escenario, Greenpeace ha pedido que la moratoria se mantenga y se amplíe, mientras el debate sobre el modelo forestal vasco sigue abierto entre necesidades de papel, madera estructural, conservación y adaptación al cambio climático.
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