El presidente del Banco de Alimentos de Bizkaia, Luis Crovetto, ha hecho un balance del año en la entidad benéfica. No ha habido un aumento significativo en el número de familias usuarias, pero sí que han detectado un cambio en el perfil. Ahora, familias con trabajadores que cobran una nómina se ven obligados a acudir al Banco de Alimentos porque no pueden llegar a fin de mes. Tienen que decidir entre pagar la hipoteca o el recibo de la luz y comprar comida. Por otra parte, la inflación he hecho mella en el Banco de Alimentos. Las donaciones, cercanas al millón de euros en 2022 son similares a las cifras pre-pandemia. Pero la inflación ha hecho que con el mismo dinero se puedan comprar menos alimentos. Y a ello se une la escasez de productos básicos como la leche o el aceite.