La divulgadora Alessandra Campo ha analizado en profundidad las constelaciones familiares, una pseudoterapia que, a pesar de su falta de rigor científico, sigue siendo popular en la actualidad. En su intervención, Campo ha desmontado los pilares de esta práctica, destacando sus riesgos emocionales y económicos, así como la ausencia total de pruebas que respalden su efectividad.
«El sufrimiento no viene de los ancestros, sino de problemas reales»
Las constelaciones familiares surgieron en la década de los 90 de la mano de Bert Hellinger, un teólogo alemán sin formación en psicología ni en ninguna disciplina científica. Campo ha enfatizado la falta de credibilidad del fundador: «Era un hombre de mentalidad ultraconservadora que llegó incluso a exculpar a Hitler, argumentando que era víctima de los conflictos de sus antepasados», ha señalado.
La base de esta práctica es la creencia de que los traumas familiares no resueltos se transmiten de generación en generación, provocando enfermedades o problemas emocionales en la actualidad. «Según esta teoría, el sufrimiento actual de una persona estaría irremediablemente ligado a las generaciones previas y la solución pasaría por restablecer el equilibrio en la familia», ha explicado Campo.
«Se teatralizan historias personales sin ningún tipo de control»
Las constelaciones familiares se realizan en sesiones individuales o grupales. En las primeras, se usan muñecos o figuras para representar a los miembros de la familia, mientras que en las segundas, los participantes asumen el rol de antepasados o familiares del paciente.
«Las personas que participan en esta teatralización son completos desconocidos para el paciente, pero durante la sesión ‘perciben’—entre comillas—las energías de esos antepasados», ha criticado la divulgadora. Esta fuerte sugestión hace que muchos pacientes crean haber descubierto el origen de sus problemas, aunque las interpretaciones sean completamente arbitrarias.
Peligros: «Puede provocar falsos recuerdos y conflictos familiares»
Campo ha advertido de las consecuencias negativas de esta práctica:
- Sustitución de tratamientos reales: «Puede conllevar que se retrase o directamente se sustituya la búsqueda de ayuda profesional».
- Riesgos psicológicos: «Las conclusiones a las que se llega en estas sesiones pueden generar ansiedad, ataques de pánico o incluso falsos recuerdos».
- Ruptura de lazos familiares: «Se pueden crear conflictos innecesarios a partir de interpretaciones erróneas de la historia familiar».
- Engaño económico: «Cuanto más tiempo y dinero invierte una persona, más difícil le resulta admitir que todo ha sido una farsa», ha advertido, refiriéndose a la «falacia del coste hundido».
«Ojito con los gurús y los vendehumos»
Alessandra Campo ha sido tajante al concluir su exposición: «No hay evidencia científica que respalde la eficacia de las constelaciones familiares». Además, ha alertado sobre la proliferación de libros de pseudoterapias en el mercado editorial: «Ojito con las librerías, que incluso en la sección de psicología se pueden colar libros de fantasía».
Su mensaje ha sido claro: ante problemas emocionales o de salud, es imprescindible acudir a profesionales con formación y evitar caer en manos de quienes prometen soluciones milagrosas sin base científica.
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