María José Díaz, directora del Centro de Información del Medicamento del Colegio de Farmacéuticos de Bizkaia, nos ha hablado de las fórmulas magistrales que se elaboran en las farmacias. La farmacéutica ha subrayado que la fórmula magistral es un medicamento, con la particularidad de que se elabora en la farmacia y no en la industria. Farmacéuticos y farmacéuticas trabajan en un laboratorio habilitado y conforme a la normativa para preparar un tratamiento dirigido a una persona concreta y prescrito siempre por un profesional médico.
La experta ha explicado que las fórmulas responden a demandas no cubiertas por la industria o a la necesidad de personalizar dosis y formas. Se preparan cremas, cápsulas y soluciones, entre otras presentaciones, adaptadas a la patología y a la persona.
Díaz ha recordado que la fórmula llega siempre bajo receta. Se da una colaboración fluida entre profesionales de medicina y farmacia para definir la solución más adecuada cuando se detecta un vacío terapéutico. En la farmacia se revisa que la prescripción esté completa y se recaban datos clave: para qué se ha indicado, en qué zona se aplica y qué forma farmacéutica resulta más idónea (por ejemplo, crema más ligera u oclusiva, o solución), antes de pasar al laboratorio para la elaboración.
La directora del CIM ha insistido en los controles de calidad. Las fórmulas magistrales están sometidas a la misma inspección que los medicamentos industriales. En las farmacias se siguen protocolos estrictos, tanto en la elaboración como en la verificación del preparado antes de su dispensación, porque es, en todo caso, un medicamento.
Díaz ha señalado que no todas las farmacias elaboran fórmulas, ya que es necesario disponer de un laboratorio perfectamente montado y controlado. Sí pueden dispensarlas todas, mediante acuerdos de colaboración con farmacias elaboradoras cuando sea preciso. En cualquier caso, la correcta dispensación requiere conocer todos los datos del tratamiento para garantizar una atención farmacéutica adecuada.
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