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La temporada de la costera del verdel está siendo especialmente complicada este año para los arrantzales del Cantábrico. En los primeros días de marzo, la pesca de esta especie ha presentado resultados muy bajos, lo que ha encendido las alarmas entre los pescadores locales. Ramón Basaldua, experto en pesca, ha explicado que las razones detrás de esta difícil situación están en la presión de la pesca en aguas del norte de Europa.
Un invierno inusualmente desolado
Ramón Basaldua ha hecho un repaso de la temporada pasada. Y es que en 2024, las primeras capturas de verdel se produjeron a mediados de marzo. Pero este año, la situación ha sido diferente. «A pesar de que se esperaba que la costera se adelantase, todavía estamos a tiempo de que aparezca el verdel». Este pez, que proviene del norte de Europa, ha tardado más en llegar de lo habitual. Los científicos han comprobado que el verdel que se captura en las aguas del Cantábrico es el mismo que habita en el mar del Norte, por lo que las flotas de Noruega, Islandia, Gran Bretaña o las Islas Feroe ejercen una enorme presión sobre esta especie.
La pesca excesiva de los países del Norte
Uno de los puntos más alarmantes que ha destacado nuestro experto es la desmesurada pesca realizada por los países fuera de la Unión Europea. La flota del Cantábrico, que incluye a la artesanal, cerco y arrastre, tiene una cuota total de 21.000 toneladas de verdel. Pero países como Noruega pescan más de 300.000 toneladas anuales de la misma especie: «La presión que ejercen los noruegos sobre el verdel no tiene comparación con la que sufrimos los pescadores del Cantábrico», explica Basaldua. Y lamenta que «debido a la falta de regulaciones europeas, estos países no respetan los límites de captura establecidos por los científicos«.
El verdadero valor del verdel
El verdel, históricamente considerado un pescado de menor calidad, ha ganado popularidad en los últimos años debido a sus beneficios nutricionales. Este pez es una fuente excelente de ácidos grasos omega 3 y vitaminas. Ello ha provocado un aumento de su demanda. Además, al ser pescado fresco en las costas vascas, mantiene todas sus propiedades nutricionales, lo que lo convierte en una opción saludable frente a otros pescados que pueden haber sido almacenados por más tiempo.
Sin embargo, Ramón Basaldua ha alertado sobre los riesgos de un posible colapso de la pesquería, similar al que sufrió la antxoa. «Si no se toman medidas para regular la pesca en el norte de Europa, podríamos enfrentarnos a una situación similar».
La falta de acción de Bruselas
Una de las mayores frustraciones de los pescadores del Cantábrico es la falta de acción de la Unión Europea frente a la pesca indiscriminada de países como Noruega. Basaldua asegura que «Bruselas no está tomando en cuenta las necesidades de la flota pesquera europea y prefiere importar pescado de otros mercados, como Chile, Namibia o Noruega. Y todo en lugar de regular de manera estricta las capturas en el Atlántico Norte. Lo que debería hacer es establecer una flota pesquera propia que regule las especies».
La esperanza para el futuro
El experto en pesca Ramón Basalsua ha mostrado algo de optimismo, ya que «el comisario de pesca europeo actual parece estar más dispuesto a escuchar las demandas de la flota». Sin embargo, ha subrayado que «es esencial tomar medidas para garantizar un equilibrio en la pesca y que las comunidades dependientes del mar puedan seguir viviendo de él».
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