Social y religión
Jorge Muriel, Responsable de Pastoral Penitenciaria, comenta la puesta en marcha de «Mugituz», un nuevo proyecto en el Centro Penitenciario de Basauri. Miguel Yuste, de la Asociación Bidesari, afirma que se trata de una serie de talleres ocupacionales. educativos y de tiempo libre dentro de la prisión. «Mugituz» de Pastoral Penitenciaria, un proyecto para desarrollar competencias de las personas privadas de libertad. El objetivo es que puedan ocupar el tiempo de la mejor manera posible con distintos aprendizajes. Se realiza con personas voluntarias y educadores de Bidesari.
Ocupar el tiempo libre en la cárcel
Miguel señala que «la rutina dentro de la cárcel sin ninguna actividad, salvo andando, acaba anestesiando». «La idea es cómo generar nuevos espacios para que estas personas vayan entrenándose en nuevos hábitos». Hay talleres más lúdicos como un taller de arte. Y otros más educativos como un taller de paternidad responsable que «queremos realizar porque muchos son padres».
Se quiere poner el foco también en la interacción con el medio comunitario y relacionarse con el entorno. Voluntarios colaboran en salidas de estas personas. «Una manera de respirar en espacios distintos y de que sus vidas puedan coger color, que no todo son barrotes», dice Miguel.
Humanizar la sociedad
Jorge apunta a que la iglesia debe humanizar más la sociedad. Se necesita ese refuerzo. «Sentirnos más sensibles con los sufrimientos ajenos y con las necesidades ajenas, las vulnerabilidades ajenas». «Mugituz» va en esta línea. Que la gente de la calle, los voluntarios, entre en la cárcel y la gente de la cárcel salga a la calle. Siempre con acompañamiento. «Lo importante es que se crucen estas dos realidades».
Miguel puntualiza que es «lo que le va a tocar a la persona cuando salga de prisión». «Por eso hay que fortalecer y hacer puentes previos. Una manera de evitar que estas personas estén más aisladas en la sociedad. El tiempo en la cárcel hace perder habilidades y relaciones«.
Jorge destaca que es clave para las personas privadas de libertad «llenar este tiempo libre». «Si no se atrofian. Hay que hacer ejercicio mental y físico. También hay que trabajar el ámbito espiritual. Sentirse acompañado y querido desde ese plano. Son tres dimensiones que hay que cuidar».
«El objetivo es que cada persona voluntaria suma, cada persona es diferente. Personas con personas», concluye Miguel. «Toda propuesta de Esperanza es una propuesta que suma a la sociedad» concluye Jorge.
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