Un grupo de okupas están atemorizando el municipio de Zamudio. Desde hace un año se están viviendo numerosos casos de delincuencia. El último y más grave tuvo lugar este pasado viernes, cuando dos individuos encapuchados robaron a un anciano de 89 años en su caserío. La Ertzaintza continúa una investigación para tratar de dar con los culpables, a los que se vincula con otra serie de robos que se han producido en la zona. Para conocer de cerca la situación, hemos hablado con el alcalde Igotz López.
«Desde diciembre del año pasado, un edificio de viviendas que debe ser derribado fue ocupado por una serie de personas y desde entonces, la propietaria del edificio acudió a los juzgados tanto por la vía penal como por la civil, pero todavía no ha terminado el proceso. Lo que está claro es que ese procedimiento no atiende a las necesidades de la ciudadanía. Hay un trasiego de delincuentes, que están ocupando un edificio que no es suyo. Y están cometiendo pequeños delitos en el entorno con robos, hurtos… y este último ha sido el más grave. Han maniatado a una persona de 89 años durante dos horas y le han estado golpeando y amenazando para saber dónde tenía el dinero o las joyas», detalla el edil de Zamudio.
«Preocupación, miedo y cabreo»
Sobre este último caso, aún no se ha conseguido encontrar a los asaltantes: «Todavía no, se está en ello, esperamos que pronto se pueda dar con ellos y pasen a manos de los jueces. Ya está trabajando la Ertzaintza con la colaboración de todo el mundo». Unos sucesos que están generando «preocupación, miedo y mucho enfado porque es una situación que no se termina de resolver». Igotz López insiste en el «cabreo» de los vecinos: «Esperemos que no pase de ahí, que no vaya a más. Se trata de que tengamos todos la cabeza fría y no intentemos hacer la justicia por nuestra mano, que dejemos a la Policía y a la Ertzaintza trabajar».
«La vigilancia es continua»
La seguridad se incrementó desde el pasado año: «Cuando vimos que tipo de gente venía, la seguridad se aumentó en colaboración con la Ertzaintza. Estamos continuamente informándonos y haciendo seguimiento de dónde están y a dónde van y qué es lo que hacen. Hemos conseguido paralizar otras tres entradas en viviendas bien para realizar hurtos o para ocuparlas. Ahora casi continuamente hay una patrulla delante del edificio. No es un ocupante, sino que son una docena de ocupantes y no se puede estar detrás de ellos constantemente. La vigilancia es continua». En cuanto a los próximos pasos, explica: «El derribo tardará un poco más, pero el desalojo de estas personas esperemos que pueda ser para enero, por los plazos que estamos manejando con el abogado que lleva el caso».
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