Social y religión
José Luis Atxotegi, presbítero auxiliar de la parroquia santuario de Begoña, afirma que el Día de la Amatxu el 11 de octubre se acude a celebrar la fe con profundidad, significado y alegría. Señala que «quien sube a Begoña siempre se lleva algo en el corazón». Es uno de los lugares donde más se respeta el silencio. «La iglesia es preciosa pero la belleza mayor de la Basílica de Begoña es el silencio que nos permite tener un rato para encontrarse con uno mismo, con los demás y con Dios y acompañar a la Amatxu de Begoña». Ese espacio de presencia orante «lo cuidamos con mucho esmero porque es lo mejor que se puede encontrar quien viene a Begoña».
A estar, a pedir y a dar gracias
A los visitantes se les explica los cuadros, la figura de San José, el retablo, y la imagen de la Virgen «que es una imagen bella», Los fieles suben a Begoña a estar y a pedir, «a pedir que nos acompañe a ser fieles a nuestra vocación, a pedir que nos de energía para soportar dificultades y necesidades porque la aventura de vivir es compleja». Muchos fieles suben a dar gracias «Eskerrik asko jauna, gracias Señor, gracias Amatxu de Begoña». En la Basílica de Begoña concluye siempre «hay alguien» rezando.
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