Un negocio emblemático de Bilbao, la Droguería Alfonso, cierra por jubilación de su propietario, José Luis Blanco, hijo del fundador, tras más de 50 años atendiendo los problemas domésticos de limpieza y plagas de miles de vizcaínos. La historia de este comercio comenzó en 1940, el único que pudo abastecer a Bilbao tras la guerra. Y ahora cierra sus puertas porque no ha habido un relevo generacional interesado en mantenerlo.