Unicef necesitará disponer de 3.800 millones de euros (4.200 millones de dólares) en 2020 en su Fondo de Acción Humanitaria para la Infancia para poder financiar las intervenciones y actuaciones previstas en 64 países, una cifra que multiplica por 3,5 la cuantía requerida en 2010.
El organismo aspira a afrontar las consecuencias de las crisis humanitarias que sufrirán 59 millones de niños en todo el mundo por situaciones de emergencia, bien por conflictos armados o desastres naturales cada vez más asociados a crisis climáticas.
En total, el Unicef ha calculado que con esos fondos podrá llegar, a través de sus programas de ayuda, a 95 millones de personas, de los que 49 millones son mujeres (30 millones de ellas, niñas), con un especial enfoque en las crisis que atraviesan en Siria, Yemen, República Democrática del Congo (RDC), países del Sahel, y los países africanos amenazados por brotes de ébola, como Burundi, Rwanda, Sudán y Uganda.
El informe a nivel de toda España, con el balance de las actuaciones realizadas en 2019 y el plan previsto para 2020 por el organismo, ha sido presentado este miércoles en Bilbao por la directora adjunta de Emergencias de Unicef Internacional, Meritxell Relaño, la responsable del comité español, Blanca Carazo, y el presidente del Unicef País Vasco, Isidro Elezgarai.
A pesar del apoyo de los donantes, a fecha de 1 de noviembre, el déficit de financiación seguía siendo considerable, cifrado en un 43% de lo previsto.
A principios de 2019, Unicef solicitó 3.920 millones de dólares (3.560 millones de euros), una cifra que, a mediados del ejercicio, tuvo que ser revisada al alza hasta los 4.130 millones de dólares(3.751 millones de euros). Hasta noviembre, Unicef solo había recibido el 57% de los fondos requeridos, incluidos los 691 millones de euros procedentes de fondos multianuales arrastrados del año anterior.
Entre los objetivos de la organización humanitaria para el próximo año figura tratar a 5,1 millones de niños con desnutrición severa aguda –tres millones más que en 2019–, facilitar educación de 10,2 millones de niños; vacunar de sarampión a 8,5 millones de niños; aportar apoyo psicosocial a otros 4,5 millones; proporcionar a 28,4 millones de personas acceso a agua segura para beber, cocinar y su higiene personal y ofrecerles dinero en efectivo en mano en forma de tarjetas para la adquisición de bienes básicos de primera necesidad (nueve millones de personas en 2019 lo percibieron).
En cuanto al reparto por porcentajes de esas necesidades, el 20% corresponden a emergencias relacionadas con el abastecimiento de agua, saneamiento e higiene; el 27% al ámbito de la Educación; otro 20% a Nutrición, un 11% a protección a la Infancia y un 9% a aspectos directamente relacionados con la salud y otro 13% al capítulo de comunicación, protección social y promoción.
BALANCE 2019
Durante este 2019 y hasta la fecha, Unicef y sus aliados han respondido a situaciones de emergencia ocurridas en 61 países. En los primeros ocho meses del año, el organismo había proporcionado asistencia humanitaria a casi 29 millones de niños, lo que, según sus previsiones, permitirá alcanzar el objetivo de 53 millones para el 31 de diciembre. En total, en lo que va de año, 183,6 millones de personas necesitaron ayuda humanitaria en todo el mundo.
A lo largo de este año, los conflictos siguieron siendo la principal causa de las necesidades humanitarias, mientras que los fenómenos meteorológicos extremos, el hambre y las enfermedades infecciosas obligaron a muchas personas a solicitar ayuda de emergencia y a depender de ella porque millones de niños desarraigados de sus hogares necesitan protección y asistencia humanitaria.
El aumento de la inseguridad y el acceso limitado a los servicios en países como Burkina Faso, Malí, la República Bolivariana de Venezuela y el Sudán, así como los desastres naturales, como el ciclón Idai en África oriental y meridional y la sequía en Angola, Kenya, el Pakistán y Zimbabwe, contribuyeron al aumento de las necesidades.
«CONSECUENCIAS DEL CAMBIO CLIMÁTICO»
En este punto, Meritxell Relaño ha remarcado que las crisis humanitarias «viven un momento muy complicado» porque uno de cada cuatro niños vive en la actualidad en países que afrontan o afrontarán emergencias naturales y conflictos derivados de ellas, ya que «van en incremento los efectos devastadores relacionados con el clima extremo y el cambio climático».
En ese sentido, tras recordar que las emergencias son «cada vez más complejas y prolongadas en el tiempo», Relaño ha recordado que solo el 2% de los fondos recibidos se invierten en prevención de emergencias provocadas por crisis climáticas».
La asistencia humanitaria internacional de los sectores público y privado aumentó en 2019, en comparación con el mismo período de 2018. En noviembre, Unicef había recibido 1.580 millones de dólares en compromisos de los donantes.
ESPAÑA EN QUINTA POSICIÓN
Casi dos tercios de los fondos recibidos en 2019 procedían de Estados Unidos, el Fondo central para la acción en casos de emergencia, Reino Unido e Irlanda del Norte, la Comisión Europea y Alemania. España ocupa el quinto lugar en volumen de fondos aportados, con un total de 100 millones.
Más de la mitad de los fondos recibidos se destinaron a las crisis prolongadas a gran escala en la República Democrática del Congo (incluida la respuesta al brote del ébola), Sudán del Sur, la República Árabe Siria, los países vecinos que acogen a refugiados sirios y el Yemen.
El 72% de todos los compromisos se destinaron a apoyar a 10 países, de los 47 cuyos llamamientos se hicieron en 2019. Muchas respuestas siguen careciendo de financiación suficiente, como las de Burkina Faso, el Camerún, el Pakistán, la República Bolivariana de Venezuela y Uganda, países todos ellos con déficit de financiación superiores al 70%.
De los fondos recibidos en 2019, un total de 127,5 millones de dólares (el 8%) correspondieron a financiación temática para respuestas humanitarias en los planos nacional, regional y mundial. Los fondos temáticos humanitarios mundiales -la financiación más flexible después de los recursos ordinarios- representaron el 2% del total de los compromisos recibidos.
CONFLICTOS PROLONGADOS
Las asignaciones de fondos temáticos humanitarios mundiales se utilizaron para ampliar las actividades y responder a las crecientes necesidades en países como Burkina Faso, donde los desplazamientos aumentaron drásticamente, y el Sudán, donde la violencia y los disturbios siguieron aumentando.
Estos fondos también permitieron que Unicef respondiera al brote de cólera en Haití, colmara lagunas graves en materia de agua, saneamiento e higiene, nutrición y salud en la República Popular Democrática de Corea, y apoyara la respuesta sanitaria y la preparación para situaciones de emergencia en el Estado de Palestina.
Por su parte, la Oficina de Programas de Emergencia de Unicef coordina la asistencia a escala mundial que presta la organización, entre otras cosas mediante un equipo de seguridad y el Centro de Operaciones, que funciona 24 horas al día los 7 días de la semana. En 2020, este apoyo costará 71,2 millones de dólares. Unicef sufragará el 45% de esos gastos con cargo a los recursos básicos. Para 2020, UNICEF necesita 39,4 millones de dólares en fondos flexibles y plurianuales con el objetivo de cubrir las necesidades restantes.
En 2019, cinco emergencias de nivel 3 exigieron la movilización
de toda la organización, incluida la movilización mundial de recursos: el brote de ébola en la República Democrática del Congo, el ciclón Idai en Mozambique y las crisis prolongadas en Nigeria, la República Árabe Siria y el Yemen.