El entrenador del Surne Bilbao Basket, Álex Mumbrú, se mostró muy contrariado tras la derrota de su equipo ante el Casademont Zaragoza (76-100). El coach exige en cada partido dejarse el alma, independientemente del acierto, y el final de partido fue un quiero y no puedo.
«Defensivamente solo hemos estado en el primer cuarto. Estábamos un poco ansiosos por volver a jugar con público, fallando tiros fáciles, y en la segunda parte hubo falta de deseo y quizás de actitud esas cuatro o cinco veces en las que nos acercamos y nos metían canasta en el último segundo», comentó.
El preparador de los hombres de negro vio al equipo con esa actitud quebradiza una vez que el cuadro aragonés tomó una renta importante en el marcador: «Eso hace mella en la confianza, pero lo que no puede ser es que acabáramos vencidos por esas canastas. El rebote es deseo y si nos falta deseo, corazón y lucha no somos el mismo equipo».
Mumbrú tiene claro que el equipo “tiene los pies en el suelo”, sabe de dónde viene y los objetivos reales que se ha marcado. Lo de la Euskalkopa ante Baskonia fue un espejismo: «Sabemos lo que somos, de dónde venimos y a dónde vamos. En ningún momento nos vinimos arriba por ganar algún partido», subrayó.
Sin apenas tiempo para nada los MIB viajan a Tenerife para medirse al equipo de Txus Vidorreta. Los canarios vencieron en un ajustado final al Unicaja tras caer en la primera jornada en Lugo. Ambos jugaron ayer. “Pero ellos en casa”, sentencia Álex Mumbrú.