Jugar como nunca y perder como siempre. El que perdona, lo acaba pagando. Son frases que nos repetimos desde hace 17 años cuando toca visitar al equipo merengue en su feudo. En realidad no siempre. Ha habido varias ocasiones en las que el Athletic ha perdido por méritos propios o por un buen partido del rival, que no es manco ni mucho menos. Y también es habitual salir del Bernabéu acordándose de la familia del árbitro de turno. No fue el caso. De hecho, por una vez, la única jugada dudosa, el posible penalti de Nuñez a Benzema, no se pitó. Era una jugada gris y como dice la norma no entró el VAR, pero en ese escenario es noticia.
Los leones, como siempre que se enfrentan a los gallitos de la liga, fueron altamente competitivos. En los primeros 15 o 20 minutos, donde el conjunto de Ancelotti avasalló a los de Marcelino, tocó sufrir como predijo el entrenador de Careñes en la previa. A partir de ahí, y cuando nos temíamos lo peor, resurgió el equipo bilbaíno. Se fueron quitando la presión, le dieron cierta pausa al juego para encontrar los espacios, sin precipitarse como al inicio y empezaron a pisar el área contraria. El talón de Aquiles de este Athletic.
Historia rojiblanca en el Bernabéu
No recuerdo tantas ocasiones claras de los visitantes en el coliseo blanco. Fueron clamorosas muchas de ellas. Y a cada cual más frustrante. De todos los colores. Protagonizadas por distintos jugadores y con el mismo resultado negativo para los zurigorris. Podemos hablar de una buena actuación de Courtois o de mala suerte, pero creo que debemos ser más autocríticos e introducir otra variante: la falta de pericia o acierto. La historia se repite. No es cuestión de un día. Este equipo suma 13 bacalaos en 15 partidos. Una media insuficiente para un equipo que quiere volver a Europa. Ni manteniéndose como el equipo menos goleado de la categoría salen las cuentas. Tiene un problema serio con la portería contraria.
Nombre propios
En este apartado bacaladero se podrían cargar las tintas contra algunos jugadores, pero tampoco me parece justo. Es evidente que Iñaki Williams es la diana de muchos aficionados, pero para mí, aunque ahora mismo resulte una opinión impopular, sigue siendo un jugador titular indiscutible. Hay que exigirle más, desde luego, como a muchos otros. Muniain está teniendo una importancia capital en los tantos. Ahí están sus estadísticas. Sin embargo yo le pido más porque para mi es el jugador más desequilibraste de la plantilla. Siempre creo que la temporada del Athletic será tan buena o mala como la del capitán rojiblanco. Ojalá los jóvenes den un golpe encima de la mesa y destronen a los veteranos, pero aún hay que ser pacientes sin dejar de exigir.
Uno de esos cachorros que va asomando la cabeza es Oier Zarraga. A la chita callando se va haciendo cada vez con más minutos. En chamartin se estrenó como titular a domicilio y tuvo la clase y personalidad que requiere ese estadio. Incluso fuera de posición le aportó ideas al equipo. Su inclusión en el doble pivote debe llegar pronto. Es el jugador más creativo en esa parcela y no se le puede desaprovechar. Del resto del once me gustaría destacar el buen papel de Nuñez y Yeray. Una pareja denostada tras su mal hacer ante el Cádiz y cuya cotización se recuperó ante el Real Madrid.
Futuro
Ahora toca mantener esa línea de juego y cambiar la de resultados porque este tipo de derrotas refuerzan en cierta medida el trabajo realizado, con un pequeño matiz, no sumas. Cuatro puntos de 18 encienden las alarmas. Toca apagarlas el lunes en Getafe. Un duelo en el que me da que no veremos tantas oportunidades por las características del conjunto madrileño. Sumar a tres empieza a ser una necesidad imperiosa. En esos partidos es los que también queremos ver la mejor versión de los leones. Jugando como en el Bernabéu llegarán muchos triunfos.