A pesar del ruido mediático, toca aparcar los ecos de la polémica arbitral ante el Barca para centrarse en el choque del viernes ante el Real Valladolid. Agua pasada no mueve molinos, y ni todas las quejas del mundo alterarán el resultado o la decisión de Gil Manzano del pasado domingo. Es momento de cambiar el foco y mirarse el ombligo.
Como repite Valverde, los leones compiten prácticamente siempre y es difícil que se vayan del partido. Es lo mínimo que se les puede exigir por otra parte. Aún así hay que profundizar algo más en los males del equipo y no quedarse en la superficie. Desde la vuelta del Mundial, el Athletic ha logrado 9 puntos de 33 posibles, un triste 27% de los mismos. Por desgracia, once partidos es una muestra suficientemente representativa.
Momento decisivo
La Liga está en un momento clave. Si observamos la clasificación, esta parece estar cerca de partirse y el Athletic se puede cortar en la mitad que no interesa en la lucha por el objetivo europeo. Después de 5 partidos sin ganar, cuatro de ellos de La Liga, la sexta plaza podría alejarse hasta 8 puntos si va mal la jornada. Una derrota en Pucela y un triunfo del submarino amarillo en Pamplona dejaría al Villareal con 41 puntos y a los bilbaínos con 33. Aún restarían 12 jornadas (36 puntos en disputa), pero la distancia sería ya difícil de salvar, sobre todo con lo mostrado en este tramo de competición.
Por todo esto, el equipo de Valverde está obligado a cortar ya esta mala racha con una tacada de tres puntos que te permita acercarte al sexto, o evitar al menos que no se te escape aún más. Todos tenemos en mente que la séptima posición podría dar derecho a jugar la Conference League, pero de momento no es seguro. Si no queremos hacer un ‘All-in’ en la Copa, toca ganar ya y más cuando la siguiente jornada hay parón.
