Recurrir al ‘lado oscuro’ y utilizar la ansiedad y la rabia puede provocar más éxito que la diversión y la relajación, pero a costa de la salud, según un estudio dirigido por la Universidad de Essex (Reino Unido).
El trabajo, publicado en la revista científica ‘Journal of Personality and Social Psychology’, ha identificado científicamente las 12 emociones que alimentan el éxito y repercuten en él.
A pesar de considerarse sentimientos negativos, los investigadores han demostrado que la ansiedad y la ira son energizantes, al igual que la alegría y la esperanza.
Sin embargo, estos sentimientos más oscuros están relacionados con la falta de pensamiento estratégico y la mala salud, incluidos síntomas psicosomáticos relacionados con el estrés, como dolores de cabeza, náuseas, dolor de espalda y falta de sueño.
La esperanza, la emoción más poderosa
En general, la esperanza es la emoción más poderosa: el estudio descubrió que las percepciones positivas y los sentimientos de control conducen al disfrute del aprendizaje, el deseo de éxito y el orgullo por los logros.
Así, se descubrió que si dos estudiantes con la misma capacidad realizaban un examen, el estudiante esperanzado sacaba una nota más que su compañero de mentalidad negativa. Esto puede significar que la persona menos optimista obtendría un suspenso, mientras que el estudiante positivo se llevaría a casa un aprobado.
«Aunque el modelo pueda parecer abstracto a primera vista, el estudio muestra cómo las emociones de éxito se relacionan con aspectos fundamentales de nuestras vidas y pueden definir nuestro rendimiento en entrevistas de trabajo, exámenes y otras situaciones estresantes. Curiosamente, descubrimos que sentimientos como la ansiedad y la ira a veces nos motivan más que el disfrute o la relajación».
Sin embargo, a pesar de su poder energizante, esta ansiedad puede provocar problemas de salud mental, socavar el funcionamiento del sistema inmunitario y, a largo plazo, reducir el rendimiento.
«En general, la esperanza era la forma más sana y mejor de desencadenar el éxito y promover la felicidad a largo plazo. El fracaso y la lucha como tales no definen el futuro de uno, es la percepción de los fracasos lo que tiene un fuerte efecto en las respuestas emocionales», ha apuntado el investigador.