El Athletic decepcionó en El Sadar. Nos quedamos fríos más allá de lo climatológico. Aún reconociendo el buen momento del rival, esperaba más de los leones, no a nivel de intensidad, sino de juego. Tampoco se trata de ponerse melodramático puesto que el pase a la final sigue siendo viable. Con un Bacalao se iguala la eliminatoria y los goles del rival fuera de casa ya no valen doble en caso de empate. Es perfectamente remontable, pero no nos podemos quedar solo con eso.
El conjunto rojiblanco no atraviesa el mejor momento de la temporada. Tres derrotas consecutivas así lo certifican. Es una obviedad. Hay varios jugadores que están por debajo de su nivel y eso lo nota el grupo. Cuando los jugadores claves no están con la flechita hacia arriba se nota sobremanera. Oihan Sancet e Iker Muniain deben ser el faro de este equipo en el centro del campo y ninguno de ellos está con pie. Y eso que el de la Txantrea protagonizó las dos mejores opciones de los zurigorri, pero se espera más de él. Si a esto le sumas la falta de puntería de Iñaki Williams, el puzle encaja solo.
Primero, sobrevivir
Ernesto Valverde volvió a dar las llaves del centro del campo a la pareja formada por Mikel Vesga y Dani García. A mí me sigue sin convencer ese tándem, pero en Iruña sujetaron al equipo. ‘Txingurri’ venía reconociendo que les faltaba equilibrio y consistencia por lo que juntar a los dos era una declaración de intenciones. Su plan de partido era aguantar el ímpetu inicial del rival y poco a poco hacerse con el control del choque, algo que logró en la primera parte.
Fue un partido claro de empate, pero la calidad individual decantó el partido. Abde volvió loco a Óscar de Marcos. Le tocó bailar con la más fea. Estuvo muy incómodo hasta que dejó su puesto a Lekue. No supo como pararle en ningún momento. El jugador cedido por el Barca aprovechó la indecisión de Vivian y la falta de contundencia del ‘Gudari‘ para marcar. Sin quitarle ningún mérito al marroquí, viendo su posición algo escorada creo que Agirrezabala pudo hacer algo más. Entre los tres permitieron el tanto rival.
Soluciones
A pesar de que hay varios jugadores por debajo de su nivel, el Athletic no se descompuso. Si se jugara este partido 100 veces, 95 acabaría con empate. La final de Copa no está tan lejos como algunos pesimistas ven ahora mismo, pero al equipo le vuelve a faltar llegada y pegada. No concedió muchas opciones de remate y el debe sigue estando en lo que deja de generar en el otro área. La teoría de la manta.
La solución a este momento pasa por mejorar el nivel individual para que lo note el colectivo. La reaparición de Iñigo Martínez es una gran noticia. Después de más de 3 meses sin jugar fue uno de los destacados. Se le nota la inactividad, pero su ascendencia sobre el equipo es clara. Me sorprendió que jugara de inicio cuando Paredes había rendido a buen nivel, pero la jugada le salió bien a Valverde. Su vuelta y la de Nico Williams, recuperado en tiempo récord, deben ser dos pilares en los que apoyarse.
Ahora toca visitar al Rayo de Iraola y el técnico rojiblanco está obligado a darle, al menos, unos retoques al equipo. Lekue debe jugar y dejar descansar a De Marcos. El desaparecido Oier Zaragga aparecerá seguramente en el 11 de Vallecas. Y si no que nos expliquen por qué ha desaparecido drásticamente. Berenguer ha mejorado en los últimos partidos y es otro jugador al que buscar en campo contrario. La Copa debe esperar un mes. La urgencia ahora se traslada a LaLiga donde Europa se te puede escapar si te despistas lamiéndote tus heridas de la competición del KO. El Rayo es un rival directo y la victoria no puede esperar más.