Fraile lanza a Hayter a la victoria. Ese es el momento que quedará de una etapa de la Itzulia que por lo demás ha resultado de lo más anodina. La emoción, en deportes como el ciclismo, reside muchas veces en los ojos del espectador, en la pasión del aficionado. En muchas ocasiones son las ganas acumuladas por la llegada de tu cita favorita las que te hacen disfrutar cada instante, aunque el pelotón esté pensando en citas venideras. Ethan Hayter cumplió los pronósticos y logró una victoria con la que espera relanzar una temporada que empezó con una fractura de clavícula.
La primera etapa del Itzulia, con 165 kilómetros entre Vitoria y Labastida, plagada de repechos y viñedos, no fue precisamente excitante. Siguió el guion establecido, fuga de tres en busca de las clasificaciones secundarias y de visibilidad para sus patrocinadores y, una vez atrapados, calma hasta el sprint. La buena noticia: dos vizcaínos se colaron en la fuga. Jon Barrenetxea (Caja-Rural Seguros RGA) y Txomin Juaristi (Euskaltel Euskadi) rodaron gran parte de la etapa por delante del pelotón junto Cristian Rodríguez (Arkea Samsic). El premio gordo fue para Barrenetxea, que mañana podrá lucir el maillot que distingue al líder de la montaña.
Por detrás, en el pelotón, Ineos ya dejaba entrever que tenían la victoria entre ceja y ceja. La formación británica nos regaló una curiosa estampa: todo un ganador del Tour como Egan Bernal haciendo la ingrata labor de marcar el ritmo del pelotón durante kilómetros y kilómetros. Atrapados los fugados, el aficionado (o el locutor con necesidad de insuflar emoción a la carrera) se planteaba si esa apresurada caza significaba que algo iba a pasar, que algún equipo había tenía algún plan para intentar dinamitar la carrera. Pero no.
La emoción la puso el sprint intermedio. En una Itzulia que parece se decidirá por segundos, las bonificaciones pueden ser la diferencia entre el éxito y el fracaso. Rohan Dennis trabajó bien para su líder Vingegaard. Sin embargo, el danés, el gran favorito sobre el papel, no pudo con el empuje de Daniel Felipe Martínez. La calma volvió a adueñarse del pelotón. En los compases finales, Soudal Quick Step se puso a trabajar para Mauro Schmidt. Los de Lefevere dominan como nadie el arte del lanzamiento. Sin embargo, apareció dando tremendos zapatazos Omar Fraile, poniendo sus fuerzas al servicio de su líder. El de Santurtzi dejó a Ethan Hayter perfectamente situado para ganar y el londinense no dejó pasar la oportunidad. Segundo fue Schmidt y tercero el gasteiztarra de Trek Segafredo Jon Aberasturi.
Primera prueba para los favoritos
La segunda etapa, con 193 kilómetros entre Viana y Leitza, es la más larga de esta edición. Los corredores tendrán que afrontar cinco puertos de montaña, el último, Arkiskil, se corona a cinco de meta. El descenso será clave y quien logre afrontarlo con ventaja tiene muchas posibilidades de levantar los brazos en Leitza.
Sigue la Itzulia en Radio Popular- Herri Irratia. Cada tarde, Beñat Gutiérrez, Zugaitz Ayuso y los mejores invitados te traen toda la emoción de la carrera de casa.