La vida laboral es uno de los elementos fundamentales en lo que respecta a la estabilidad económica de la que disfrutamos. Sin embargo, vivimos en un contexto económico arduamente complicado, fruto de la crisis financiera actual. Ante tal realidad, son muchas las personas que han tenido que apostar por el pluriempleo. Ahora bien, ¿y si se trata de una actividad por cuenta propia y otra por cuenta ajena? ¿Es viable llevar a cabo esta dupla profesional? Hoy venimos a analizar si es posible y qué ventajas se plantean; ayudándote así a tomar una decisión al respecto.
La pluriactividad como tendencia laboral
Tratar de ganarse la vida por cuenta propia no es nada sencillo y, a menudo, si se pretende alcanzar cierta estabilidad económica resulta prioritario encontrar un empleo para compaginar ambas opciones. Ante tal realidad, queremos hacernos eco de lo que se conoce como pluriactividad, donde el profesional pasa a ser autónomo y trabajador por cuenta ajena a partes iguales.
Por consiguiente, es completamente viable combinar ambas funciones. Eso sí, debes saber que en términos fiscales la pluriactividad no es lo mismo que el pluriempleo. En este segundo supuesto, hay que pagar a la Seguridad Social dos veces por una misma cotización; mientras que en el primer caso se paga en dos regímenes diferentes.
Hoy en día hay un elevado número de personas que se han visto obligadas a llevar a cabo esta mezcla de condiciones laborales. Los autónomos nunca lo han tenido especialmente fácil y, desde la pandemia, muchos trabajadores por cuenta propia pasaron a serlo también por cuenta ajena. Algo que se produce igualmente de manera habitual entre quienes están dando sus primeros pasos como autónomos.
Ventajas fiscales de la pluriactividad
Con esto en mente, conviene plantearse si realmente merece la pena sumarse a la pluriactividad. A fin de cuentas, supone tener que pagar dos veces a la Seguridad Social. Por suerte, se plantean una serie de bonificaciones y descuentos que conviene valorar, contribuyendo así a la reducción de impuestos en aras de optimizar el bienestar económico.
Quienes trabajan por cuenta propia y ajena, reducen notablemente la cuota de autónomos y minimizan el pago por la base mínima. De este modo, durante el primer año y medio hay un 50% de reducción en la base mínima y el siguiente año y medio dicha reducción pasa a un 75%. Lo cual simplifica las cosas en términos tributarios, evitando que el sobreesfuerzo de tener dos trabajos caiga en manos exclusivas del Estado.
Para que esta bonificación se pueda producir, es prioritario darse de alta como autónomo por primera vez en el RETA e indicar la pluriactividad en cuestión durante el alta. Eso sí, has de valorar que al obtener la bonificación en cuestión tendrás que renunciar a otras ventajas como la tarifa plana de autónomos. En tus manos queda decidir qué te conviene más en cada caso.
Por último, también asociado a las ventajas fiscales, queremos hablar de cómo será tu jubilación. Si cotizas dos veces, es de esperar que tengas dos jubilaciones. Y así será, contando con dos pagas una vez ceses tu actividad. Sin embargo, tendrás que haber cotizado al menos 15 años en ambos supuestos.
Delega esta gestión en manos de expertos
Si ser autónomo o trabajador por cuenta ajena ya trae de por sí quebraderos de cabeza a escala fiscal, ser ambas figuras representa el caos más absoluto. Por lo que una decisión inteligente es la de delegar funciones como el marco fiscal en manos de los mejores expertos del sector.
Gracias a las asesorías, puedes olvidar por completo cualquier tipo de estrés en lo que respecta a la gestión de tus impuestos. En todo momento estarás cotizando correctamente y con las mejores ventajas tanto para tu presente como para tu futuro. Un servicio que debe realizarse por parte de especialistas de alto nivel, quienes darán la cara por ti para que la pluriactividad realmente sea rentable.
