El Surne Bilbao Basket sabe que, tras vencer en la jornada inaugural al Anwil Wloclawek, ganando los próximos tres partidos que se disputarán de manera consecutiva en el Bilbao Arena será líder de su grupo de la FIBA Eurocup y, por lo tanto, estará en la siguiente ronda. “Para lograr ese objetivo lo mejor es pensar solo en este encuentro, ir partido a partido”, asegura Jaume Ponsarnau.
El técnico de los hombres de negro no es amigo de vender la piel del oso antes de cazarla. Prefiere centrarse exclusivamente en hacer un buen partido y ganar mañana (Bilbao Arena, 20:00 horas) al CSU Sibiu rumano. “Es un equipo que empezó bien, pero viene de una mala semana. Le sorprendió Caledonia en su casa jugando muy bien, creo que pagaron la presión de jugar como locales. Ahora vienen sin presión. Tenemos que prepararnos para jugar contra un equipo capaz de hacer buen baloncesto, con jugadores capaces de tener inspiración, estar preparados para que sea un partido exigente”, resume Ponsarnau.
Dentro del cuerpo técnico CSU Sibiu destaca la figura de un técnico vizcaíno, Mikel Ereño. El de Galdakao cumple su segunda temporada como asistente en el cuadro rumano y a sus 28 años ya se ha enfrentado al Surne Bilbao Basket en su etapa en Araberri. Además, ha pasado por equipos como Betis, Selfoss Karfa (Islandia) o Tizona Burgos (LEB Plata), así como la selección de Camerún, con la que vivió un AfroBasket (2021).
En cuanto a la plantilla rumana el cinco tipo suele estar formado el australiano Kyle Adnam y el estadounidense Monyea Pratt, aportando los puntos (14 cada uno en la primera jornada), los internacionales búlgaros Yordan Minchev y Pavlin Ivanov ocupan el “tres y el cuatro”, junto al pívot rumano Cristian Uta, con una breve experiencia en Zornotza.
Rotación obligada
Jaume Ponsarnau deberá “rotar” la plantilla en cada partido de esta competición. Barandalla debe estar entre los 12 escogidos y el técnico de los bilbaínos lo decidirá el mismo día del partido. En Polonia quien se quedó fuera fue Tsalmpouris ya que el juego interior parece el más poblado.
En este sentido, el entrenador de Tàrrega se refirió a esa estructura interior con cinco jugadores y el papel actual de un De Ridder cuyos “impactos de energía” considera más positivos según pasa el partido: “Queremos que nos ayude en lo inmediato, pero también hacer las cosas con paciencia para que nos ayude mucho en el futuro. No queremos quemar su efervescencia y creo que le estamos llevando bien”.