Llega un nuevo parón de selecciones y sin fútbol en primera volvemos a preguntarnos por el futuro de los muchos leones que terminan contrato este verano, especialmente por Nico Williams. El extremo rojiblanco está concentrado con la selección española de fútbol, que tiene un doble compromiso este jueves y domingo ante Chipre y Georgia. Cada partido con la roja es una oportunidad más de brillar y de revalorizarse. Muchos que han acudido a la llamada de España se han dejado seducir por cantos de sirena. A algunos les fue bien, a otros, no tanto.
El jugador quiere quedarse y el Athletic necesita que se quede para construir un proyecto en torno a él y Sancet principalmente. Parecen condenados a entenderse, pero ojo que acuerdos más sencillos han saltado por los aires. Lo último que oímos de su boca fue lo que dijo el 27 de agosto en la sala de prensa Jose Iragorri en San Mamés tras ganar al Betis. «Es un proceso que lleva tiempo pero que va muy bien», a la vez que lanzaba un mensaje de «tranquilidad» a la afición rojiblanca.
El arte de negociar
A partir de ahí entra en juego la negociación de club y su agente. Félix Tainta sabe que tiene la sartén por el mango e intenta sacar la mayor tajada para su representado, y de paso para él, claro. Mientras que el club busca la renovación sin hipotecarse, en legítima defensa de sus intereses.
Esto es lo normal en un proceso de renovación, pero aquí concurren algunos matices a tener en cuenta. El principal es que esto es el Athletic, con su particular filosofía que le restringe su modus operandi. Tainta sabe que su oponente en la mesa negociadora no puede plantar un órdago porque no puede ir a buscar un brasileño o un argentino y solucionar el problema. Por lo tanto, es Nico Williams o la nada.
No se trata de dramatizar porque el Athletic no se acaba con Nico Williams, como tampoco lo hizo con tantos y tantos jugadores que marcharon o colgaron las botas. Esta institución está por encima de los nombres propios, pero hay que admitir que, si el menor de los Williams abandonara el Athletic este verano y además gratis, como Iñigo Martínez, sería un misil a la línea de flotación de la entidad.
Responsable directo
Nico, a diferencia de lo que pasó con Iñigo Martínez, quiere quedarse, al menos unos añitos más. Si Jon Uriarte no consigue su renovación, todos señalarán al presidente como máximo responsable de su marcha. Justo o injusto, ese es su trabajo y para eso se presentó a las elecciones.
Cuando se resuelva esta papeleta, de modo positivo esperemos, habrá que abrir otros melones, como el futuro del capitán. Iker Muniain ha pasado a tener un rol muy secundario en el equipo, pero su ascendencia y el simbolismo en la historia del club pueden provocar más de un dolor de cabeza.
