Desconozco que pasará con el futuro de Iker Muniain más allá del 30 de junio, pero lo que está claro es que sigue siendo un jugador válido para el Athletic. Su actuación en Ipurua confirma que puede seguir aportando muchas cosas al equipo rojiblanco, dentro y fuera de los terrenos de juego.
Un jugador con la hoja de servicios del capitán no creo que necesite reivindicarse, pero es cierto que su pérdida de protagonismo le obligaba, en cierta manera, a dar un paso al frente y aprovechar los pocos minutos que le está ofreciendo el entrenador debido al buen rendimiento del resto de sus compañeros.
Migajas
El relevo generacional es un hecho en la primera plantilla. Oihan Sancet, a pesar de no estar a su mejor nivel en los últimos partidos y meterse en algunas guerras absurdas, es la media punta indiscutible del esquema de Valverde. Por si esto fuera poco, Unai Gómez, con su energía, le ha adelantado en la rotación cuando el ‘8’ tiene que descansar y al de la Txantrea le han quedado las migajas. Es el decimosexto jugador en minutos. Acumula tan solo 318 en liga donde ha participado en 11 encuentros de 19 posibles, pero siendo titular tan solo en tres.
Valverde lo ha relegado a la competición del KO ante rivales de inferior categoría. Ha sido titular ante Rubí, Cayón y Eibar. En este torneo lleva casi tanto jugado (270 minutos) como en la competición de la regularidad. Después de no oler el césped en los últimos cuatro partidos de La Liga, Muniain tuvo que sacar su varita mágica ante el conjunto armero y demostrar que la clase, se tiene o no se tiene. El que tuvo, retuvo, dice el refrán.
El ‘bacalao‘ que logra en Ipurua solo lo pueden firmar los futbolistas gourmet. No está al alcance de muchos, y menos a los 31 años, salir controlando desde línea de medios de tu campo, conducir y salvar la entrada de dos rivales, abrir el juego, pero acompañando la jugada hasta el área para ofrecerle un pase a Nico Williams y luego resolver con la izquierda con la pausa que tienen los ‘cracks’ en una situación en la que a la mayoría se les funden los plomos. De chapeau.
Futuro
No se trata ahora de salir a la calle con pancartas para pedir la renovación vitalicia del ’10‘ porque el fútbol tiene sus códigos y sus tiempos. Seguramente, Muniain ha firmado ya sus 10 mejores partidos en el Athletic, pero eso no es óbice para no exprimir hasta la última gota de su talento. Ahora le toca demostrar que es capaz de aportar más que sus compañeros en partidos más exigentes como los que están por venir. Tiene cosas en sus botas de los que otros carecen y eso es un valor añadido.
Se hace difícil pensar que el Club no quiera contar con su capitán y más si al final hay que doblar esfuerzos con Europa la próxima temporada. Otra cosa será ver en que condiciones querrá renovarle y si la oferta puede interesar al navarro. Se supone que si el equipo vuelve a competición continental, ‘Txingurri’ seguirá y ahí es donde el capitán tendrá que tomar una decisión. Siempre ha expresado su deseo de ser un ‘One Club Man’ y tiene la posibilidad, incluso, de superar el registro de Iribar, pero para eso tiene que jugar y ahora mismo está caro. Se abre un bonito culebrón.