El Surne Bilbao Basket recibe en el Bilbao Arena (miércoles, 20 horas) al Chemnitz alemán en el partido de ida de las semifinales de la FIBA Europe Cup con la moral por las nubes tras la extraordinaria victoria del pasado domingo ante el Baskonia en Miribilla. «Vamos a intentar aprovechar esto que nos hace tanta ilusión a nosotros, al club y a la afición y eso lo podremos hacer si pensamos solo en lo que tenemos que pensar. El rival es muy duro. Tiene jugadores que te sacan constantemente de tu zona de confort y de tu juego por su propuesta tan agresiva. Tendremos que encontrar nuestro juego”, resume Jaume Ponsarnau.
El preparador de los hombres de negro asume el reto de devolver a los suyos a una final europea 11 años después, pero lo hace reconociendo que el equipo alemán parte, según muchos, como favorito. “Es un equipo que nos va a exigir estar muy sólidos y consistentes, saber llevar esos buenos momentos suyos en los que consiguen hacer buenos parciales contra todos sus rivales, incluso al Bayern Múnich, al Alba Berlín o al Ratiopharm Ulm. Debemos entender que tenemos una eliminatoria a ochenta minutos o más, pero la experiencia contra el Legia nos dice que tenemos que aprovechar al máximo los cuarenta de Miribilla”, analiza.
Batalla por el ritmo
El cuadro dirigido por Rodrigo Pastore disfruta corriendo, lleva el partido a la locura física gracias a una plantilla sin estrellas con el grupo como principal arma. Ponsarnau reconoce que la «identidad» de los hombres de negro «también está en correr, pero es el principal arma del rival». «Ellos son muy buenos robando balones y nosotros tendremos que cuidar muy bien la bola. Y si nos roban una que no nos roben dos, que no se convierta en una racha. Nosotros no podemos afrontar el partido con el freno de mano puesto porque frenaríamos a muchos de nuestros jugadores que logran su mejor versión en ese tipo de juego. Lo que tendremos que hacer es cuidar aspectos como el rebote, el cuidado del balón, correr bien hacia atrás…”, analiza.
Ponsarnau recupera de Melvin Pantzar para medirse a un «Chemnitz en el que sus interiores juegan muy de cara al aro”. Aspecto que puede decantar que en la convocatoria, además de Tsalmpouris, sea un exterior el que se quede fuera. En Europa la presencia de Pantzar, Rigo, Reyes, Rabaseda y Barandalla es una obligación por cupos. La eliminatoria, recuerda el técnico, «es a ochenta minutos o mas». “Reconozco mi inexperiencia en eliminatorias a doble partido. Contra el Legia fue mi primera eliminatoria de este tipo y ahora es la primera con el primer partido como local. Vamos sumando experiencias. Es importante asumir que es una realidad a ochenta minutos, que hay que jugar con cabeza. En Varsovia lo hicimos muy mal en ese sentido porque incluso las últimas posesiones del primer partido son importantes aunque el resultado esté decidido. En mentalidad y esfuerzo no hay que pensar que quedan cuarenta minutos más, pero sí en lo referente al juego”, finaliza.