Bilbao prohibirá la megafonía en las visitas guiadas para reducir la contaminación acústica en la vía pública

El equipo de gobierno se cierra a regular el número de participantes en los grupos de turistas con guías que pedían los grupos de la oposición
Bilbao prohibirá la megafonía en las visitas guiadas para reducir la contaminación acústica en la vía pública
Guía en Praga / Depositphotos
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El Ayuntamiento de Bilbao prohibirá el uso de dispositivos de amplificación de sonido en las visitas guiadas para reducir la contaminación acústica en las calles de la villa, pero se cierra a regular el número de participantes en los grupos de turistas que visitan la ciudad acompañados de guías.

El pleno ordinario de este jueves en Bilbao ha aprobado una enmienda de modificación del equipo de gobierno de PNV y PSE a una moción de EH Bildu, por la que se insta al ejecutivo local a continuar trabajando con las empresas y profesionales del sector turístico en la difusión e implementación del manual de buenas prácticas para las visitas guiadas por las vías públicas de Bilbao, así como a seguir mejorando la prestación de estos servicios en la ciudad, «con calidad y de manera sostenible con el entorno».

Asimismo, a través de esta iniciativa de PNV y PSE, el Ayuntamiento se compromete a prohibir el uso de megafonía en las visitas guiadas por la vía pública.

«Gran impacto» que tienen las visitas guiadas

En su turno de intervención, el concejal de EH Bildu Xabier Fernández ha señalado el «gran impacto» que tienen las visitas guiadas, especialmente en el Casco Viejo y el centro, «con el uso intensivo del espacio público, ocupaciones de aceras, ruidos, aglomeraciones y visitas masivas en bicicleta» que «generan molestias a los vecinos».

Fernández ha señalado que «si bien es positiva la prohibición del uso de dispositivos de amplificación de sonido, es incomprensible que no se regule también el aforo de las visitas guiadas, máxime cuando esta medida se pondrá en marcha a partir de abril en Donostia limitando a 25 personas el número de participantes por visita».

Según ha dicho, con la enmienda planteada, el Gobierno municipal «demuestra falta de voluntad para dar una solución integral» a las visitas guiadas, ya que «aunque tener una guía de buenas prácticas sea algo positivo, es totalmente insuficiente».

«El Gobierno municipal no tiene en cuenta lo que está sucediendo en otras ciudades de Europa, ni las medidas que se están adoptando en Euskal Herria. En cualquier caso, el tiempo nos dará la razón y, como en el caso de la tasa turística, se regularán todos estos aspectos en una ordenanza», ha manifestado.

Por su parte, la portavoz del PP, Esther Martínez, ha señalado que, a día de hoy, es «muy raro ver un grupo de turistas con un micrófono», ya que «casi todo el mundo va con auriculares o con audioguías», aunque «está bien regularlo».

En esa línea, cree que «sería importante también regular el número de personas que pueden ir a la vez, sobre todo por determinados espacios», porque «hay veces que pueden ir un grupo de 50 personas que, al final, hacen que sea imposible el acceder a determinadas calles».

El concejal de Elkarrekin Bilbao Xabier Jiménez ha señalado que el decreto que regula la actividad de guía de turismo en Euskadi «se limita al interior de los inmuebles, no aborda el uso del espacio público para una actividad económica, y por tanto, estamos ante la primera oportunidad perdida».

De esta forma, ha advertido que «la falta de abordaje que regula la actividad, supone que este sector sigue sufriendo una competencia desleal rampante que deriva, a su vez, en una saturación notable, y con ello también los vecinos que ven cómo circulan grupos de turistas por las calles más visitadas, como por ejemplo el Casco Viejo, soportando ruidos, reduciéndose la movilidad entre las personas que nos visitan a pie o en bici y resto de peatones ante una importante ocupación del espacio público por parte de estos grupos de turistas».

Además, ha considerado que la «Guía de Buenas prácticas» consensuada con el sector, «anunciada hace dos años pero que ha llegado este verano», ha quedado «superada» porque en estos dos años «las cosas han cambiado» y «hace falta pasar a una regulación que establezca unas normas de convivencia, tal y como se hace ya con otras actividades en el espacio público».

Para Elkarrekin Bilbao, ha advertido, prohibir el uso de megafonía en las visitas turísticas es «claramente insuficiente» porque «no aborda en colaboración con las vecinas y vecinos de las zonas saturadas, especialmente el Casco Viejo, la naturaleza del problema y se limita a lo simbólico».

GOBIERNO

En su respuesta a los grupos, el concejal de Planificación Urbana, Proyectos Estratégicos y Espacio Público, Asier Abaunza, ha asegurado que el manual de buenas prácticas ha tenido «una buena acogida en el sector y los 90 agentes asociados que han participado en la interlocución directa con el Ayuntamiento de Bilbao lo han hecho suyas las recomendaciones y lo están implementando», a pesar de lo cual, según ha reconocido, «pueda haber agentes turísticos que son ajenos a estas empresas y que siguen prestando sus servicios en el término municipal de Bilbao no atendiendo a este manual de buenas prácticas».

Abaunza ha advertido que «el circular y transitar por las calles de una ciudad es libre» y ha asegurado que «el que se establezca un cupo determinado de personas por grupo no va a suponer que haya menos gente en el Casco Viejo ni en el Ensanche», porque los turistas acuden a los lugares históricos, a los equipamientos culturales, a los puntos de atracción turística y «todos coincidimos en los mismos sitios y nos sacamos las fotos en los mismos lugares».

Audioguías

Según ha destacado, plantean eliminar completamente la megafonía, algo que las empresas locales ya «han desterrado y utilizan las audioguías como herramienta principal de trabajo». «Y a aquel que llegue de fuera y que no conozca este manual dejarle claro que no puede utilizar una megafonía para guiar a un grupo, me da igual por las afueras de un museo o por el interior del Casco Viejo de Bilbao», ha remarcado.

En cuanto al número de personas participantes en las visitas guiadas, ha indicado que si se reducen los grupos, «en lugar de tener un grupo de 50 personas con un guía tendremos dos grupo de 25 con dos guías, pero el efecto va a ser exactamente el mismo desde el punto de vista de la ocupación».

Abaunza ha señalado que plantear que se regule el número de participantes en los grupos de visitas guiadas «sin tener ningún sistema de control efectivo no deja de ser un brindis al sol, que desde el punto de vista político puede quedar muy bien pero luego acaba resultando ineficaz e ineficiente».

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