Guardias Civiles del Grupo de Información de la Comandancia de Bizkaia descubrieron «in fraganti» a cuatro jóvenes que pretendían realizar la prueba teórica para la obtención del permiso de conducción en la Jefatura Provincial de Tráfico de Bizkaia portando objetos simulados y dispositivos electrónicos ocultos entre su vestimenta.
En un comunicado, la Guardia Civil ha señalado que los hechos, que se evidenciaron en exámenes desarrollados en distintos días durante el pasado mes de septiembre, se practicaron en el marco de colaboración de la Guardia Civil de Bizkaia y la Jefatura Provincial de Tráfico de Bizkaia, donde se persigue localizar a personas que intentan realizar el examen de conducir mediante trampas o engaño. De esta manera, el Grupo de Información expertos en la detección de estos ilícitos, sorprendió «in fraganti» a cuatro jóvenes vecinos de Bizkaia y Gipuzkoa con artilugios electrónicos dispuestos para engañar al examinador.
En uno de los casos, el dispositivo estaba preparado para que la persona que lo portaba enfocase con la cámara la pantalla del ordenador donde aparecían las preguntas del test, recibiendo con posterioridad las respuestas a través del sistema de audio – pinganillo que llevaba alojado en el oído.
La cámara, conectada mediante wifi y una aplicación al móvil, transmitía las imágenes para que la persona que se encontraba en el exterior pudiese ver las preguntas y así poder ir facilitando las respuestas al examinado. A su vez, el micrófono servía para garantizar la llegada de las respuestas en caso de fallo de la cámara.
En otros dos de los engaños, utilizaron además de la cámara del móvil oculta en un agujero de la camisa ubicado en el esternón, un inductor bluetooth que simulaba una tarjeta de crédito que constituía un terminal móvil independiente, éste incorporaba una batería recargable con duración de 3 a 5 horas de conversación.
La tarjeta, que incorporaba un IMEI, recibía una llamada desde el exterior al número asociado a la misma y se activaba automáticamente con el auricular que portaba el examinado.
En el tercer caso portaba un emisor inalámbrico en el interior del bolsillo de la cazadora, quedando perfectamente oculto debido a su pequeño tamaño, una vez instalada la aplicación en el teléfono móvil se vinculaban todos los dispositivos, el emisor y el pinganillo, posteriormente el examinado transmitía las preguntas a otra persona que se encontraba fuera y éste a su vez le hacía llegar las respuestas.
Según ha informado la Guardia Civil, todos los modus operandi descritos necesitaban para llevar a cabo estos fraudes, a personas o «chivatos» que se hallaban en el exterior y ayudaban a cometer los mismos. Asimismo, ha añadido que, al descubrirse esas tramas, se garantiza que en las carreteras haya «conductores seguros».