Después del asalto fallido a la Supercopa, el Athletic vuelve a su rutina habitual de la temporada, jugar cada tres días un partido de alguna competición. Entre copa, LaLiga y UEFA Europa League tiene garantizado disputar seis partidos en dieciocho días. Si se elimina a Osasuna, la cifra aumenta a ochos duelos en veinticuatro jornadas.
Ernesto Valverde tiene enero marcado en rojo en el calendario porque es un mes exigente que va a poner a prueba la capacidad de respuesta de toda la plantilla. Hasta ahora han funcionado las rotaciones en líneas generales y se espera que no bajen el ritmo ahora que afrontan las eliminatorias directas de copa y entran en la segunda vuelta del campeonato liguero donde dependen de si mismos para mantener esa cuarta plaza que da derecho a jugar Champions la próxima temporada.
Tan sólo en Europa se podrían permitir los leones un pequeño relax, pero tampoco es aconsejable porque, aunque estén clasificados, quedar lo más arriba posible te allana, a priori, el camino en los cruces de la competición continental. El Athletic va quemando etapas y si quiere estar bien colocado en fase decisiva de la temporada debe mantener cierta regularidad como hasta el momento.
Copa a la vista
Lo más inmediato es el cruce de octavos de final de la Copa del Rey, competición fetiche de los rojiblancos. No podemos esconder que los pupilos de ‘Txingurri’ son favoritos, pero también lo eran hace dos años en aquella famosa semifinal ante los rojillos en la que se cayó a doble partido con la vuelta en casa y que forma parte ya de la negra historia copera del club con el gol de Pablo Ibañez. No cacemos la piel del oso antes de cazarla.
Una eliminatoria de copa a partido único en un derbi siempre es difícil. La ventaja es que todo se va a decidir al amparo de San Mamés y eso inclina la balanza a favor de los locales. Osasuna llega inmerso en una racha negativa de siete partidos sin ganar en LaLiga con cuatro empates y tres derrotas.
Retomar sensaciones de 2024
La derrota del Athletic en Arabia cortó una racha de catorce partidos sin perder y truncó esa cifra estratosférica de 26 eliminatorias superadas a partido único de forma consecutiva desde 2003. Se pone el contador a cero para intentar hacer historia de nuevo en las dos competiciones de eliminatorias que les restan a los zurigorris.
El Athletic cerró 2024 con la sensación de que era un equipo imparable que arrollaba a sus rivales. Ganaba por juego, físico, oficio o mayor pegada, pero el caso es que el grado de madurez y confianza del equipo le hacían prácticamente invencibles. El año nuevo nos ha dejado por ahora una clasificación por penaltis ante un rival de cuarta categoría y una eliminación en la Supercopa con la sensación de haber estado bastante lejos del rival. Es hora de retomar el pulso y confirmar que los partidos de 2025 han sido dos pequeños accidentes sin graves consecuencias.
En caso de lograr el billete a cuartos, tocaría volver a jugar la primera semana de febrero, pero antes hay que pensar en defender la plaza de Champions ante Celta, Leganés o Betis por el momento. La salida a Estambul para rendir visita al Besiktas y el choque en casa ante Viktoria Pilsen deben servir para redondear una gran primera fase de la Europa League. Abróchense los cinturones porque llega lo bueno.
