El paisaje de la semana

La ría de Bilbao tras la tormenta

No es la imagen idílica de postal, pero sí una muestra de que la ría es un ente vivo
La ría de Bilbao tras la tormenta
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Desde el Zubizuri, la ría de Bilbao muestra su cara más indómita. La lluvia reciente ha elevado su caudal y teñido sus aguas de un tono terroso, mientras las corrientes remueven sedimentos y arrastran hojas caídas, restos urbanos y troncos a la deriva. El cielo, aún encapotado, se refleja en la superficie agitada, creando un contraste con la modernidad del puente blanco de Calatrava y los edificios que se alzan a ambos lados de la ría.

El agua, revuelta y sucia, es testigo del pulso de la ciudad. No es la imagen idílica de postal, pero sí un recordatorio de que la ría es un ente vivo, que respira con las mareas y la meteorología. En su turbulencia, Bilbao sigue su ritmo, entre la memoria de su pasado industrial y el brillo de su presente renovado.

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