Cita con la historia, parte uno

El Surne Bilbao Basket recibe al Paok de Sálonica en Miribilla en el partido de ida de la Final de la FIBA Europe Cup
Cita con la historia, parte uno
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Por fin ha llegado. Este miércoles a las 20.00 el Bilbao Arena vivirá una de esas noches que pueden marcar una época. El Surne Bilbao Basket disputa la ida de la final de la FIBA Europe Cup ante el PAOK Salónica, con todas las entradas vendidas y una ciudad entera empujando a su equipo hacia la gloria. La vuelta, el próximo miércoles en Salónica (19.15, hora de Bilbao), decidirá el campeón, pero el primer zarpazo se busca en casa.

Y no será sencillo. Jaume Ponsarnau ha perdido a dos piezas importantes: el pívot Tryggvi Hlinason sigue fuera por lesión y Xavi Rabaseda, “con mareos y mucho malestar”, tampoco podrá estar. “Le sabe mal porque quería estar con nosotros”, lamentó el técnico, reconociendo que su baja, más allá del plano deportivo, duele por lo que aporta al grupo.

Por exigencias del reglamento FIBA, el técnico deberá incluir al joven Iker Chacón en la convocatoria. El bilbaíno de Miribilla vivirá una experiencia inolvidable en una noche tan especial, aunque eso suponga la probable exclusión de Kris Kullamae. “Otro premio añadido”, en palabras del entrenador, que destacó la importancia del trabajo de cantera y de conectar al equipo con su ciudad.

Un Bilbao Arena a reventar y una misión clara: abrir brecha

La ciudad ha respondido. Las entradas están agotadas y el ambiente se prevé espectacular, con 500 aficionados griegos también presentes en Miribilla. El reto es lograr una buena renta antes de viajar a Grecia, donde aguarda un infierno en Salónica. “Aquí el siguiente partido no empieza de cero. Tienes que saber vivir el mal momento, que puede llegar aquí y allí. Que eso no te penalice demasiado para seguir trabajando y buscar tu momento de darle el zarpazo al partido”, advirtió Ponsarnau.

Y es que su mensaje es claro: “La final es cada posesión”. Nada de pensar en el global ni en el viaje. Se trata de jugar cada segundo como si fuera el último. “Esto no va tanto de jugar en casa o fuera, de si allí tiran papeles y el choque empieza más tarde… Es centrarnos en cada posesión”.

Un rival desordenado pero peligroso

Delante estará un PAOK que no responde a patrones habituales. “Se sale claramente de guion”, avisó Ponsarnau. “Es un equipo que corre mucho, que juega muchos contraataques, que arriesga… No es el más eficaz, pero sí muy incómodo. Propone bloqueos entre pequeños, exteriores que juegan al poste, grandes que penetran… Su dinamismo y su rebote ofensivo les hace peligrosos”.

El técnico italiano Massimo Cancellieri añade complejidad táctica desde el banquillo con defensas cambiantes, y obliga a encontrar soluciones individuales tanto en ataque como en defensa. “Van a ser 80 minutos muy exigentes en los que vamos a tener que ir adaptándonos”, anticipa Ponsarnau.

Bagayoko y Sylla al frente del paso adelante

Con las bajas, la plantilla ha tenido que crecer. Especial mención para dos jóvenes interiores que han asumido galones: Bassala Bagayoko y Amar Sylla. “Han dado un paso adelante con las lesiones de Hlinason y Jones”, dijo el entrenador. El pívot estadounidense, clave esta temporada, reapareció el fin de semana y será pieza fundamental en la pintura.

Un equipo con alma y una ciudad que empuja

Ponsarnau no olvida el camino recorrido. Desde la clasificación forzada para esta competición, pasando por la épica de Bursa o la remontada ante Dijon, hasta llegar a esta final. “Queríamos jugar esta competición. Ha supuesto perseverar, arriesgar en algunos momentos… y tener el premio más importante: el reconocimiento. Más gente de la que ha venido en toda la temporada quiere jugar esta final con nosotros”.

Y todo esto en una ciudad que respira deporte y que, aunque tenga el corazón rojiblanco del Athletic, ha abrazado a su equipo de baloncesto como nunca. “Ojalá que en todo ese corazón grande nos ganemos una parte los del Surne Bilbao Basket”, deseó el técnico.

Esto va en serio. Esto va de títulos. Esto va de Bilbao.

Mañana no es un partido más. Es una oportunidad para escribir historia. Para que Bilbao celebre. Para que el nombre del Surne Bilbao Basket suene en toda Europa.

El balón se lanza al aire a las 20.00. Que empiece la final.

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